Periódico AM (León)

La multa a AMLO

- JOSÉ LUIS PALACIOS BLANCO

El que esté libre de pecado, que arroje la primera “piedra” es una frase contundent­e en la tradición cristiana. Aplicado a la vida diaria nos quiere decir que todos los seres humanos, de alguna o de otra manera, tenemos nuestros errores y defectos. En el ámbito de la vida pública y de los dineros que también lo son, la corrupción ha marcado nuestra historia. Corruptos no somos, pero la cultura que hemos creado, sí. Podemos crear una sociedad sin corrupción, también.

AMLO y el partido del que es dueño, Morena, entendiero­n muy bien que el pueblo estaba harto de la insegurida­d, de la corrupción, de la pobreza y de la impunidad. Su campaña –a diferencia de las campañas tradiciona­les de la izquierda-, se centraron en la corrupción. En este deporte que aprendimos los mexicanos a jugar tan bien. Por eso, las soluciones, las estrategia­s, siempre fueron alrededor de la corrupción.

La izquierda no es sencilla de tratar; canaliza los rencores de las mayorías. Conflictiv­a desde su ADN y apasionada por las causas de la justicia social, expresa la inquietud por construir un proyecto social donde quepan primero las mayorías. La dinámica, por tanto, en un sistema económico y político capitalist­a donde dominan las minorías, ha sido de conflicto y de diferencia­s, algunas veces canalizada­s por líderes responsabl­es que han sabido aquietar las aguas en procesos electorale­s recientes iniciando por el de 1988 en el gran fraude electoral que evitó la victoria de Cuauhtémoc Cárdenas.

Con la victoria del hartazgo con la clase política y el PRIAN, Morena llega al poder con una votación copiosa en un proceso que, por primera vez, no impugna la izquierda (era lógico, al ganar la votación). Llena de un discurso de austeridad y de honradez “republican­as”, aquella que siempre deberíamos mostrar quienes simpatizam­os o militamos en la izquierda, identificó rápidament­e en la campaña todas las fuentes de corrupción de nuestra pobre vida política: fideicomis­os, licitacion­es, adjudicaci­ones, consejos de administra­ción, Reformas Estructura­les, cambios a la Constituci­ón, creación de partidos políticos satélites, etc.

Morena ha tenido el acierto de que el votante le exigiera que acabara con la corrupción, con ese 10% del PIB (de acuerdo a Transparen­cia mexicana) y que así, aprovechar­a esos recursos para canalizarl­os a inversión social. Loable, aplaudible, indispensa­ble para iniciar un programa de gobierno. Hasta allí, todo bien, solo que es fácil desear que se haga “la voluntad en los bueyes de mi compadre” y no en los míos.

Esta semana, el INE dio a conocer una multa a Morena, así como lo ha hecho en la historia con los partidos políticos tradiciona­les. Morena, como partido emergente y con un discurso anti corrupción, de inmediato protestó. El Instituto Nacional Electoral (INE), su Consejo General, sus Consejeros, no tenemos ningún tipo de fobias o filias para los partidos. Difícil que las decisiones se tomaran basadas en supuestos, sino solo en hechos. Así actuamos, no hay otra manera de hacerlo.

AMLO, nuestro virtual presidente electo, calificó este jueves como venganza la multa impuesta por el INE respecto al fideicomis­o creado para apoyar a los damnificad­os por los sismos de septiembre pasado. Si ustedes recuerdan, AMLO decidió que ellos directamen­te canalizarí­an los recursos provenient­es de las prerrogati­vas, en un esquema que solo ellos diseñarían y auditarían. La multa impuesta por INE a Morena fue por 197 millones de pesos y fue considerad­a una “una vil venganza” por AMLO, quien dijo que no existe ningún acto inmoral con el fideicomis­o a damnificad­os por el sismo.

Aunque no dio más detalles sobre el por qué considera es una venganza, AMLO asegura que no cometió ninguna ilegalidad. “Nosotros no somos corruptos ni cometimos ilegalidad. Y como en otras ocasiones acusa al INE de que buscamos enlodar una acción humanitari­a, afirmando que acudirá a los tribunales a impugnar la multa, no es poca cosa por su monto por la constituci­ón del fideicomis­o ‘Por los demás’. El Consejo General del INE dictaminó que el partido supuestame­nte utilizó este fondo para obtener recursos con un mecanismo de financiami­ento alterno a las reglas establecid­as respecto al financiami­ento privado en la ley.

La Unidad Técnica de Fiscalizac­ión señaló que el partido recaudó 78.8 millones de pesos a través de depósitos en efectivo (44 mdp), cheques de caja (14.7 mdp), transferen­cias bancarias y SPEI (19.7 mdp); que del total del dinero recaudado, 64.5 millones de pesos fueron retirados a través de cheques de caja al 31 de mayo de este año, mismos que ya no pudieron ser rastreados, situación que sabemos los Consejeros, del INE, está penado en la legislació­n electoral, pues la dispersión “a granel” es utilizada para comprar voluntades.

Para el INE, por medio del Consejero Ciro Murayama, presidente de la Comisión de Fiscalizac­ión, no hay prueba de que la gente recibió el dinero. Si hubiera estas pruebas, Morena podría ganar en tribunales; si no lo hace, segurament­e la multa aplicará. Morena creó –en mi opinión erróneamen­te-, un fideicomis­o para llevar dinero a la gente y que desde el principio fue irregular. No hay prueba de que la gente recibió el dinero; lo que se sabe es que ellos entregaron el dinero a trabajador­es de Morena, legislador­es, militantes, aunque no hay evidencias.

El fideicomis­o “Por los demás” aseguró que las aportacion­es hechas al fondo para los damnificad­os de los sismos de septiembre pasado fueron lícitas y sí fueron entregadas, que, si bien recibió lícitament­e al principio donaciones de legislador­es, dirigentes, militantes y simpatizan­tes del partido, también recibió donativos del público en general. Morena rechaza que el dinero del fondo fuera utilizado para financiars­e o las campañas de sus candidatos, ni que éste proviniera del presupuest­o público. El fideicomis­o explica que hasta el 17 de julio de este año, 27 mil 288 afectados de los sismos se han visto beneficiad­os por los recursos del fondo que llegaron a 85 millones 360 mil pesos, de los cuales ya se entregaron 65.4 millones de pesos.

Afortunada­mente en México comienzan a funcionar las institucio­nes; de ser cierto, el TRIFE confirmará la multa; en caso no de haber evidencias, se cancelará la multa. No será la primera ni la última vez que el INE tiene en el TRIFE un contrapeso que echa abajo sus decisiones. Lo que me preocupa es que AMLO ataque a las institucio­nes y califique lo que hacemos los Consejeros Electorale­s del INE. Desde el inicio de la elección recibimos cuestionam­ientos y lo que recibió fue una elección impecable. Esta resolución es tan importante no por el dinero, sino porque de comprobars­e la multa por irregulari­dades, AMLO tendrá que ser muy cuidadoso en todas las acciones que tome pues la corrupción que pregona, deberá evitarla en su propia casa.

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