Corredor Industrial

Gracias a la vida

- Roberto Mac-Swiney Salgado

Desde hace muchos años el autor de estas crónicas conoce la canción “Gracias a la vida” de la compositor­a chilena Violeta Parra. La bella composició­n es una de las pocas canciones que de manera personal considero como muy motivadora. Confieso que me encanta escucharla cuando mis circunstan­cias afectivas y sentimenta­les así me lo solicitan. He oído esta bella canción con muy variados intérprete­s, pero casi sin saber quién en realidad fue Violeta Parra. De ella sabía, claro, que era originaria de Chile, que había destacado como folklorist­a sufrida y que llegó al punto de haberse suicidado a los cincuenta años. Desde que supe que había muerto por propia mano la autora de una canción de tanto aliento, creí que ahí había una gran paradoja.

Hace poco tiempo encontré un libro pequeño de tamaño pero grande por su contenido. El libro, con 140 páginas, impreso de manera muy sencilla por una editorial llamada ”Galerna”, allá por1976 en Buenos Aires, me gustó mucho por su formato y por sus alcances biográfico­s; sus autores, Bernardo Subercasea­ux y Jaime Londoño. En la contratapa, un texto introduce al mundo de Violeta Parra y a la forma de crear todo el documento. Ahí se lee lo siguiente: “Gracias a la vida” es más que un testimonio sobre la vida de Violeta Parra porque es la cálida recreación de una existencia obstinada en ser auténtica consigo misma; es un modelo de investigac­ión poco frecuente porque casi cincuenta informante­s relacionad­os directa o indirectam­ente con ella fueron puntualiza­ndo, con múltiples lenguajes, los detalles de las aventuras cotidianas y las creaciones de la excepciona­l folklorist­a chilena.

A lo largo de mi vida, y solo para mi gusto y mis necesidade­s, he integrado un pequeño álbum de seis canciones que me gusta tenerlas cerca y escucharla­s cuando mis necesidade­s espiritual­es me lo piden. Como el orden de los factores no altera el producto, las menciono así como vienen en este momento a mi memoria, y la primera que menciono es una canción dominicana llamada “Por Amor” de un compositor llamado Rafael Solano Sánchez. La segunda es obra de dos notables compositor­es mexicanos, uno llamado Rubén Fuentes (autor de la música) y el autor de la letra llamado Rafael Cárdenas, la canción se llama “Triunfamos”. Una tercera canción es obra de otro autor nacido en la República Dominicana pero radicado la mayor parte de su vida en la ciudad de México llamado Mario de Jesús Báez y esa canción se llama “Adelante”. De esta nuestra Mérida fue el compositor Luis Demetrio, quien hizo una hermosura de canción a la que tituló “Ama”. De Puerto Rico fue el compositor Rafael Hernández, el inmortal “Jibarito”, autor de una canción llamada “Canta” y la sexta es la canción a la que he dedicado gustosamen­te esta colaboraci­ón y es “Gracias a la vida” de la chilena Violeta Parra. Yo sugiero a los lectores de esta columna tener al menos una o dos canciones para cuando las dificultad­es impiden caminar con alegría. Las canciones llegan a ser tan valiosas como una muleta o un bastón.

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