El movimiento 19-S
El 19 de septiembre nos cambió paradigmas y los volvió a cero. La solidaridad emergió por todos lados. Los mexicanos más generosos fueron más allá de los rezos y de los buenos deseos para desprenderse de algo y ayudar.
Frente a esto, los políticos enmudecieron. Las cadenas transnacionales de comercio que se llevan nuestro dinero, inmóviles frente a la catástrofe. Con dos millones de firmas en la plataforma www.change.org recolectadas esta semana se mostró el hartazgo para la clase política miserable que tenemos.
Con millones de damnificados por huracanes y sismos, la sociedad mexicana trabaja en la reconstrucción y éstos fenómenos se le regresan a la clase política exigiendo que regresen las prerrogativas electorales de las que disfrutan para que el País crezca arrancándoles el dinero que nos roban.
Que se diera 32 años después, precisamente el 19 de septiembre un temblor tenía una probabilidad en millones. Y se dio sacudiendo nuestro mundo, nuestra historia. Es la madre naturaleza la que nos tuvo que cimbrar para iniciar una nueva historia y reconstruir no solo edificios sino la estructura social.
En estas fechas de desgracia es donde la clase política podría mostrar algo bueno después de décadas de robos y saqueos a la Nación. Son los grandes fraudes, las leyes hechas a su modo, el fuero, los gobernadores ladrones, las excesivas prerrogativas electorales, el sistema electoral más caro del mundo, el Congreso con 500 diputados, la ley que no se aplica, los jueces que dejan escapar a los narcos, los que salieron en el corazón de la gente que dio su fuerza en la emergencia, la que nos provocó el coraje y el enojo.
Las cadenas de ayuda, los centros de acopio, el clamor general de reducción de presupuesto del INE, los millones de mexicanos jóvenes “millenials” mostrando su fuerza y corazón, todo regresándonos la esperanza a los adultos y creando un escenario donde la sociedad ya está creando el cambio para que la clase política nos devuelva al País.
Se trata ahora de que ellos nos den gestos devolviendo dinero al erario, apretándose el cinturón, aprobando nuevas leyes, todo para evitar que dejemos de votar el año próximo donde mostraremos nuestro enojo y coraje contra el sistema político diseñado para ellos y no para nosotros.
¿No tendrán sensibilidad los políticos frente a la desgracia? ¿Serán de plano tan cínicos que no han podido mostrar gestos de generosidad al anunciar que aportan solo el sueldo de un día? ¿Se les habrá acabado el pudor que no aceptan la propuesta de “sin voto no hay dinero”? ¿No tendrán el valor civil para aprobar por fin la ley que elimina el fuero y reduce el tamaño del Congreso? ¿no se dan cuenta de que es la hora de reducir el aparato burocrático?
Frente a la solidaridad humana de la ciudadanía la clase política necesita para sobrevivir, gestos que muestren a la sociedad que tienen corazón. No se trata de que canalicen los recursos del gobierno como el FONDEN (Fondo Nacional de Desastres) o que sean eficientes en la distribución de ayuda. No. Para eso les pagamos a los burócratas. Se trata de que se lo quiten de sus privilegios. No es posible un País que otorgue más recursos a las elecciones y a los partidos políticos que a los desastres naturales que afectan a millones de compatriotas o a la ciencia y la tecnología o a los créditos a los emprendedores.
Para sobrevivir y forzados, los partidos deberán por vergüenza, anunciar el amplio rechazo a sus prerrogativas electorales. Su instinto de sobrevivencia les deberá hará sentir que llegaron ya al límite de lo que los mexicanos aceptamos. Deberán saber -como, lo hacemos en las calles, en los salones de clase, en las reuniones de colonos, en los medios de comunicación-, que rechazamos el sistema político y que la gente les repulsa y les evalúa como sin vergüenzas e insensibles.
La gente sencilla y trabajadora está harta de la enorme burocracia y el corporativismo que creó el Estado mexicano. Molesta de hacer trámites en los tres niveles de gobierno y enfrentarse con pared cuando quiere crear un empleo o abrir una empresa u obtener un apoyo gubernamental. Está harta de no tener castigo para quienes cometen delitos, de que la autoridad no se ejerza, de que el trabajo honrado de las mayorías canalice impuestos para ver cómo se roban la riqueza creada por todos.
Se incrementa la justicia por propia mano ante la justicia que deja ir a los maleantes y se plantea incluso la pena de muerte para crear cultura y valores cuando la impunidad es observada y aprendida por las nuevas generaciones. Ladrones, narcos, lavadores de dinero, políticos corruptos, huachicoleros, todos en una manera fácil de ganar dinero frente a un Estado fallido y un gobierno corrupto que ha llegado a su límite.
¿Aquí en Guanajuato tendremos que parar las carreteras o hacer huelgas de hambre para que se aprueba la Ley “Sin voto no hay dinero”? ¿Qué tendremos que hacer para que los diputados locales por vergüenza la aprueben? ¿Tendrá que haber incendios o temblar o inundarse el Bajío para que lo hagan?
El movimiento 19-S que se inició en todo el País, será el contrapeso de la sociedad frente a los miserables políticos. Es ahora un enorme movimiento que dará su castigo a los partidos políticos en las elecciones del año próximo: selección de candidatos independientes, opción por alternancia, rechazo a los partidos tradicionales, opción por los candidatos con menor rostro político y más ciudadano.
La naturaleza el 19-S nos cimbró como sociedad para exigir y salir a las calles y dejar la indiferencia. *Director de la Universidad Meridiano www.universidadmeridiano.edu.mx
¿No tendrán sensibilidad los políticos frente a la desgracia? ¿Serán de plano tan cínicos que no han podido mostrar gestos de generosidad al anunciar que aportan solo el sueldo de un día?...