¿SER CONSCIENTES?
Mucho se escucha en estos tiempos acerca de ser conscientes, pero ¿qué encierra en realidad este concepto? La conciencia es mencionada por muchas tradiciones espirituales como aquella presencia silenciosa que atestigua todo cuanto ocurre en nuestra vida, que sólo ve, observa y no juzga, que está conectada con aquella parte más elevada o supremamente inteligente del universo y que es, precisamente por eso, la que sabe mejor cómo llevar a la vida propia y en toda la extensión de la palabra, a la vida misma, a los siguientes pasos evolutivos. Por eso es que resulta tan trascendente como individuos y como sociedad dar giros suficientemente precisos como para romper con los mismos círculos viciosos y verdaderamente andar en espiral, es decir, en el siguiente peldaño de lo que nos toque aprender. Pero sin alguien o algo que acoja la enseñanza, que esté alerta, que reciba los resultados de las experiencias, no hay crecimiento, no hay siguiente paso, sólo recorridos en un círculo que se encierra en sí mismo, que está auto-contenido y, por lo tanto, sin avance. Desde el nivel personal hasta cualquiera de nuestros niveles grupales: comunidades, organismos, empresas y gobiernos, sin una conciencia educada para romper la membrana hacia la ruta en ascenso, tendremos siempre lo mismo, es como comer de los desechos. No está mal invertir tanto tiempo, dinero y esfuerzo en cuidar del “bienestar” a nivel físico, lo que sí es absurdo, es descuidar los demás aspectos que nos conforman como individuos y sociedad. ¿Cuánto gasta usted en verse bien? ¿Cuánto invierte en su esparcimiento? ¿Y cuánto invierte en el desarrollo de su conciencia? Si le duele una muela, inmediatamente va al dentista, si le hace falta un vestido para la fiesta no duda en ir a comprarlo, si huele mal, no duda en bañarse. ¿Qué hace cuando le duele una emoción? ¿Qué hace cuando tiene un problema añejo por el que su discurso parece disco rayado? ¿Qué hace cuando sigue teniendo las mismas actitudes ante las mismas situaciones? ¿Qué hace cuando se sorprende ya muy tarde, decidiendo exactamente igual que las veces anteriores? ¿Qué hace por su conciencia? La conciencia, igual que el cuerpo que ejercitamos en un gimnasio, también se ejercita, también debe educarse y por supuesto, también debe dársele un lugar consciente en la vida. La conciencia también se alivia, también se limpia y también debe estar sana y vestirse de gala. Sin desarrollo de la conciencia no puede haber evolución, o como decía un gran maestro, seguiremos siendo las mismas bestias peludas pero más sofisticadas: gobernando al mundo entero con políticas rimbombantes, saturadas de centros comerciales que se devoran al planeta y llenas de nuevas tecnologías que hacen parecer como que hemos aprendido algo, pero al final, bestias peludas con los mismos viejos paradigmas y retos sin resolver, profundamente egoístas y enfocadas sólo en la supervivencia primitiva.