Alex DOMÍNGUEZ
El ex mediocampista del América platicó en exclusiva con Publisport acerca de los 100 años de vida del equipo y aseguró que vestir la playera azulcrema se vuelve un gran vicio
Corría el minuto 119 y todo parecía estar perdido, pero el silbante señaló una falta apenas afuera del área, la de la esperanza. Entonces, Carlos Reinoso tomó el balón, se perfiló y lo mandó guardar con un derechazo que rebasó la barrera para consumar la voltereta y hacer historia: Ante Boca Juniors, América fue campeón por primera vez de la Copa Interamericana. El Estadio Azteca estalló y también un sueño desde la tribuna, el de un joven de apenas 17 años que era testigo de aquella hazaña.
Trece años después, aquel muchacho nacido en la Ciudad de México pudo comprobar que los sueños se cumplen, cuando Toninho sentenció la serie con el 2-1 (global 3-2) ante el Olimpia y las Águilas conquistaron su segunda Copa Interamericana, entonces Alejandro Domínguez ya no festejó el título desde las gradas como en 1978, sino que dio la vuelta en la cancha junto con el equipo del que ya era mediocampista histórico.
Ése es el recuerdo que el ahora ex jugador de 55 años guarda en su memoria como el más valioso tesoro que le dio el conjunto azulcrema.
¿Qué significa para ti haber jugado en el equipo más importante y polémico de México?
— Fue cumplir un sueño, mi familia siempre fue aficionada al América y conforme fui creciendo se dio la oportunidad de jugar y luego se abrió la primera escuela de futbol, prácticamente en México, que era la del América, y desde ahí empezó mi peregrinar en ese equipo, empecé jugando en la escuela, luego fuerzas básicas, luego el primer equipo y toda una vida hasta el día de hoy siguiendo a ese equipo.
¿Qué ambiente se percibía dentro del vestidor azulcrema con los técnicos de aquellos años?
— Siempre hay dentro de la plantilla jugadores que son titulares, que son suplentes y otros que son parte del equipo, en este caso los jóvenes que se van incorporando al desarrollo, siempre es complicada
la convivencia de tantos egos porque todos tienen capacidad para ser titulares, sin embargo, se decanta el técnico, las circunstancias, el momento, para que unos jueguen, otros esperen, otros entren de relevo y otros complementen el trabajo general, es muy complicado, ahí radica la función del técnico de administrar todas esas situaciones emocionales y darle oportunidad a cada uno de ellos; esa es una situación muy importante dentro del vestidor y en un equipo tan importante como el América y tan mediático que todo es una sumatoria de partes que si por alguna razón no están bien amalgamadas hay deterioro dentro del desarrollo del equipo.
¿Cómo vivía el Clásico nacional ante Chivas?
— Se vive dos semanas previas, es el partido, antes de jugar el Clásico, cuando juegas y el partido siguiente del Clásico. Te encuentras a mucha gente, la misma familia te va diciendo te va poniendo en alerta sobre el partido próximo, de lo que significa llegar en el mejor estado mental y, futbolístico, al partido y obviamente la semana previa es de mucha tensión, de mucha concentración, de cuidados en todos los aspectos para estar lo mejor posible ese día porque prácticamente es trascendental en tu desarrollo deportivo, si te va bien para la posteridad es que siempre vas a ser de esos chicos que se desempeñaron bien en ese partido, y si te va mal siempre vas a tener esa situación de responsabilidad y siempre es muy importante, hay una carga extra de atención, de concentración de descanso, de todo lo que se vive alrededor de un partido así.
En ese sentido (mental) vas creciendo con tu desarrollo, cuando eres novato obviamente tienes una responsabilidad diferente a la hora de enfrentar un partido así, cuando estás en tus inicios, o ya eres un jugador consolidado, cada uno de ellos son etapas que se van viviendo; y sí, hay algún tipo de preparación emocional de fortalecimiento para el desarrollo del partido, pero sí, estás más atento, modificas algunas rutinas para estar en la mejor condición.
¿Llega a ser peligroso vestir la playera de las Águilas?
— Se vuelve un vicio vestir la playera. Al usarla siempre hay controversia, porque estás o porque no, o por los que quieres estar, realmente es complicado, pero te vas acostumbrando en el mejor de los casos; hay quienes no pueden acostumbrarse a esa presión, y hay otros que manejan bien sus estados emocionales.
No, tuve la fortuna de pertenecer a una época, entre el 80 y el 94, donde el equipo fue muy ganador, no me tocó un periodo muy largo de abstinencia como se ha presentado y obviamente nunca tuve una situación así, por ahí te encuentras a alguien que no está de acuerdo en que juegues en ese equipo pero nunca de amenazas, de algún tipo de agresión extra, afortunadamente, y no sé si hoy se dé.