¿VOY BIEN CAMILO?

La verdad a mí sí me da pena que don Fidel no haya llegado a cargar los peregrinos. Y eso que este año estaba de moda su barba. Aquí algunos le decían barba de leñador, pero la verdad es que era barba de revolucionario cubano. ¿Pero realmente quién era es

Ahora sí que sus “generales” son el Che Guevara y Cienfuegos. Ah, ¿no verdad? Ora sí me pasé de mamuca. Ahí les va: nació un 13 de agosto de 1926 en Birán, Cuba. Su nombre es Fidel Alejandro Castro Ruz, es decir, no tenía nombre ni de batalla ni artístico. Su papá fue Ángel Castro, un acaudalado terrateniente español, y su madre Lina Ruz una cocinera y sirvienta de la primera esposa de Ángel Castro. Todos bien open mind y quedando entre familia. Las mujeres a su alrededor fueron Mirta Díaz–Balart (12 de octubre, 1948–1955, divorciado). Tuvo hijos con Natalia Revuelta (Alina Fernández Revuelta, 1956), con una amante desconocida (Jorge Ángel Castro, década de 1950), con su amante Dalia Soto del Valle (Antonio, Alejandro, Ángel, Alexis y Alex), y con Mirta Castro (Fidelito, 1949). O sea, que no había forma de bajarlo del guayabo o de la caña de azúcar. Fidel estudió en el Colegio Dolores, en Santiago de Cuba, 1942; Colegio Belén, en la Habana, 1945; y en la Universidad de La Habana se aventó un doctorado en 1950. Lo que probablemente no sabías era que el padre de Fidel Castro fue un obrero inmigrante procedente desembarcado de Galicia, España. Ajá, era “gallego”, aún así se convirtió en un próspero terrateniente. Para que vean que no hace falta

“Condenadme, no me importa, la Historia me absolverá” Pronunciado por Fidel en 1953, durante el juicio por el frustrado asalto que encabezó contra el cuartel Moncada.

estar jodido para ser consciente y buscar justicia social. El señor Fidel de niño tenía varo, aunque algunos aseguran que de viejo también. En una entrevista que le hicieron en 1992 Castro afirmó: “no suena demasiado bien que diga que soy hijo de un terrateniente, por eso digamos que soy el nieto de un campesino gallego explotado”. Empezó su carrera en la grilla siendo activista mientras estudiaba Derecho en la universidad de La Habana, en 1945. Fanático del béisbol, le entendía a eso de “las bolas” y dicen que llegó a ser uno de los mejores pitchers de su época. Sus aficiones eran la pesca submarina, la cocina y la lectura. Eso de pesca submarina es como lo que hace el popular Pippin, arrojándose sin tanque de buceo sólo con los pulmones bien llenos de aire y persiguiendo a los peces con un pequeño arpón de mano. Ya en las últimas fechas también se supo que le gustaba el fucho. Una de las mayores predilecciones de Fidel Castro eran los puros habanos. Esto nos lleva a reflexionar si de verdad el tabaco produce cáncer de pulmón. Tabaco natural. O son la bola de químicos agregados para hacerlo más adictivo aquello que nos mata. Sin embargo, tuvo que dejar de fumar en 1985 debido a problemas de salud, porque el EPOC y el enfisema esos sí son otra cosa. Además este master fumaba como chacuaco. El libro favorito de Fidel Castro fue Por quién doblan las campanas de Ernest Hemingway, novela ambientada en la Guerra Civil española (1936-1939). Y claro, el buen Ernesto pasó sus temporadas en Cuba siendo el azote de las mujeres. Uno pensaría que se dejó la barba no sólo para parecer guerrillero, sino porque afeitarse a diario le llevaba 15 minutos, tiempo “que podía emplear en actividades más importantes”. ¿Ahora entienden por qué yo me dejo el bigote? Durante sus días como guerrillero, Castro se dejó la barba como símbolo de guerra. “Cuando hayamos cumplido nuestra promesa de un buen gobierno me afeitaré la barba” dijo. Para explicar con un poco más de claridad sus asuntos y entuertos de amores, les decimos que Fidel Castro se casó con Mirta Díaz Balart, procedente de una acaudalada familia ligada al régimen del dictador cubano Fulgencio Batista, con quien tuvo un hijo. O sea, dormía con el enemigo, una historia como las familias de Romeo y Julieta. Ella terminó divorciándolo cuando éste se encontraba en la cárcel, después de que ella recibiese por error las cartas de amor que él se escribía con la socialista cubana Natalia Revuelta, es decir, no lo mandó a volar por desafiar a su padre el dictador, sino porque le ponía el cuerno. Al momento de colgar los tenis era el tercer jefe de Estado con mayor permanencia en el poder, detrás de la Reina de Inglaterra y el Rey de Tailandia. Cedió provisionalmente su cargo a su hermano Raúl en julio del 2006 debido a una crisis de salud. A mí me llevó a figurar que incluso ya lo tenían embalsamado para sacarlo en el balcón así como en el Otoño del Patriarca y el mismísimo Cid campeador.Dos años más tarde, hizo oficial el traspaso de mando. En todo ese tiempo Estados Unidos tuvo 10 presidentes, pero no aguanto ni 15 días de Trump. Así de malo será.