#CONFIDENCIAL
Miguel Ángel Mancera,
jefe de gobierno de la Ciudad de México, carga ya un pesado saco de problemas que ensombrecerán su salida del cargo para asumir la candidatura presidencial del PRD. El turno ahora es de la extensa crisis – la más larga en décadas– por la contaminación que impuso restricciones a la vida capitalina. Como en muchos otros temas, buena parte de los dolores de cabeza del señor Mancera son causados por una pugna interminable entre sus colaboradores, como ocurre ahora entre el secretario de Movilidad, el controvertido Héctor Serrano, que ha emprendido una guerra sucia pagada en medios para acusar como única responsable a la secretaria del Medio Ambiente, Tanya Müller.
Alejandra Barrales,
dirigente nacional del PRD, parece haber dado un paso en falso este fin de semana cuando anunció junto con su homólogo del PAN, Ricardo Anaya, la posibilidad de crear una coalición electoral en las elecciones presidenciales del 2018. De entrada, la señora Barrales despertó hacia el interior de su partido múltiples voces que se han deslindado de esta posibilidad. Pero la polémica crecerá, ya lo verá usted.
Javier Corral,
gobernador panista de Chihuahua, empieza a generar decepción en la Procuraduría General de la República por la falta de solidez en las indagatorias que ha acumulado en torno a su antecesor, el priista César Duarte. En la dependencia que conduce Raúl Cervantes no tienen duda sobre la corrupción de Duarte y varios socios, pero Corral y su procurador local atendieron más a una lógica mediática que judicial al apresurarse a emprender acciones cuando los expedientes aún carecían de sustento, lo que en lugar de perjudicar, puede acabar blindando jurídicamente al polémico ex mandatario.