Los topes más bonitos del Estado de México
La bestia de hierro que cruza México de sur a norte le dio una lección de vida a Emma Berenice Ortiz Chávez. Al amputarle ambas piernas, le enseñó que el talento que lleva dentro, al igual que la alegría y la esperanza, nunca mueren.
Cuando viajaba de Ecatepec, Estado de México, a Guanajuato cayó del tren y perdió la parte inferior de su cuerpo. Dos días y medio en coma fueron la antesala de la mala noticia. “Me desperté, tenía comezón, mi única reacción fue levantarme, asomarme, vi que ya no tenía mis pies y me puse a llorar en silencio”.
La escuela de la calle, donde hace unos años había aprendido a valerse por sí misma, la recibió de nuevo, pero vender dulces ya no era suficiente para mantener a su familia. Decidió que su vida daba para más. “Le hablé a un señor de una tlapalería en el municipio Melchor Ocampo, Estado de México, le dije que tenía ganas de pintar topes, me dio una brocha, pintura blanca y amarilla. Con el tiempo yo decía, ¿cómo se vería un rojo, cómo se vería un azul? Y empezaba en mi mente a dibujar el tope, quería darle vida”.
Pero entonces pasó del color a los textos. Sentada sobre un tope de la colonia Las Fuentes de Ecatepec y a un costado su silla de ruedas, contó a Uno TV que tiene dos frases recurrentes: “La vida es como un juego, simplemente hay que saberlo jugar” y “No me discrimines por mi discapacidad, mejor inclúyeme por mi capacidad”.
En tres años, esta pintora ha puesto color y letras en 30 topes de municipios como Melchor Ocampo, Ecatepec, Tepotzotlán y Cuautitlán Izcalli. Aunque ha inspirado a muchos, a veces, pareciera perderse entre el paisaje urbano: “me gustaría el apoyo de alguien, para que yo me pudiera defender, he tocado las puertas de Ecatepec, el municipio donde vivo”.