UNAM separa residuos desde su origen
Miles de personas transitan todos los días en las escuelas o facultades de la UNAM. Un objetivo de esta institución es que sus actividades sustantivas tengan una perspectiva de sustentabilidad. Para ello se creó EcoPuma
Esta movilidad de personas genera diariamente una alta cantidad de residuos. Separarlos adecuadamente permitirá concebirlos como los subproductos del consumo que pueden regresar a nuevas cadenas de producción.
Muchos de ellos tienen gran valor comercial en el mercado del reciclaje: las botellas de agua y otras bebidas (polietileno tereftalato o PET), las botellas de plástico opaco como las del yogurt para beber (polietileno de alta densidad o PEAD), papel, cartón, vidrio, envases multilaminados (tetrapak) y las latas en general.
Con el fin de lograr una universidad sustentable se desarrolló en la UNAM un Sistema de Separación de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) cuyo objetivo es reducir el impacto de la disposición de los residuos y separarlos desde su origen.
El ingeniero Luis Gutiérrez Padilla, del Programa Universitario de Medio Ambiente (PUMA) de la UNAM, explicó que para desarrollar el nuevo sistema hubo dos estudios sobre generación de residuos sólidos urbanos, uno en 2006 y una actualización en 2010.
El objetivo de estos trabajos era lograr que la UNAM fuera un ejemplo de compromiso con el ambiente y seguir promoviendo nuevas formas de gestión de los residuos.
El primer paso fue poner en marcha un programa piloto para identificar cómo operaba la colocación de residuos, cuántos se generaban y su tratamiento. Además, se identificó que los botes de basura también pueden ser vandalizados.
Con la información obtenida de este programa, y después de identificar los residuos que se generan, se decidió cómo debe ser su separación, así como el número de contenedores y los lugares en que deberían de ubicarse
Anteriormente la gestión de los residuos recaía en el personal de intendencia de cada entidad y en quien recolectaba los residuos. Con el nuevo sistema la responsabilidad será de quien los genera, o sea, de cada miembro de la comunidad.
“La persona dejará de tener un bote de basura en su oficina y va a visualizar lo que está produciendo en términos de su consumo y de los residuos asociados a sus actividades cotidianas. Los botes sólo estarán en puntos seleccionados”, señaló.