LO CHIDO
Los peores desastres
Ʉ Ē ČÑ ÿĨČÑ ÿĒáėĒåĨÑ áå NıđÑȿ tra, 72 mil años antes de Cristo, más o menos un millón de ĒıåĨĮĤėĨ ÑĒĮåġÑĨÑáėĨ ÝÑđÿĒÑȿ ban la Tierra cuando una de las mayores erupciones volcánicas jamás registradas —se ha estimado que fue 28 veces más potente que cualquiera de los tiempos modernos— escupió ceniza durante 10 días. La ceniza bloqueó a tal grado los rayos áåČ NėČ ģıå ČÑ SÿåĤĤÑ ġÑáåÝÿę durante seis años un invierno volcánico con temperaturas que se precipitaron hasta menos de los 15 grados centígrados. De acuerdo con teorías recientes, la población de la Tierra descendió de un millón a tan sólo 10 mil habitantes.
Ʉ Č áåĨÑĨĮĤå ĒÑĮıĤÑČ ģıå ÝÑıĨę el mayor número de muertes seguramente fue la gran epidemia de influenza de 1918, que acabó con la vida de 100 millones de personas en todo el mundo —seis veces el número de bajas civiles de la Primera #ıåĤĤÑ 7ıĒáÿÑČɂȩ NıĨ ėĤāûåĒåĨ están rodeados de misterio. Otra enfermedad que hizo creer a la gente que el fin del mundo estaba cerca fue la peste negra, que emergió en Asia en 1334 y mató una de cada tres personas åĒ åĨå ÝėĒĮÿĒåĒĮå Ľ åĒ ıĤėġÑ durante 17 años.
Ʉ 2ÑĨ áėĨ ÿĒıĒáÑÝÿėĒåĨ đÓĨ crudas de los tiempos modernos tuvieron lugar en China. Una involucró al Río Amarillo — ÝėĒėÝÿáė Ýėđė ȫČÑ áåĨûĤÑÝÿÑ Ýþÿȿ na” porque sus bancos revientan a menudo— en 1887, y la otra al Río Amarillo y al Yangtsé en ɴɼɶɴȩ Ĩ áÿîāÝÿČ åĒÝėĒĮĤÑĤ áÑĮėĨ precisos, pero se estima que 2.5 millones de personas murieron en 1887, mientras que en 1931 la cifra rebasó los tres millones.