La depresión: enemiga silenciosa de las mujeres
Aunque se presenta por igual en niños que en hombres, la Organización Mundial de la Salud señala que es más frecuente en las mujeres
Para hablar de depresión, es necesario distinguirla del sentimiento de tristeza. Ésta es un afecto normal e incluso es un indicador de salud mental, ya que es el reflejo de la capacidad de una persona para poder no sólo amar, sino aceptar las pérdidas, tolerarlas y superarlas. Esta tristeza es transitoria y es parte de la vida; es la que nos ayuda a ser empáticos y altruistas.
La depresión es diferente y va más allá; consiste en una falta de motivación, sensación de desgano y hastío que no necesariamente va acompañado de tristeza. Esta falta de deseo afecta en diversas áreas de la vida ya que inhibe la acción; es decir, a la persona deprimida le cuesta más trabajo ejecutar proyectos. Este padecimiento afecta a hombres, mujeres y niños, sin embargo, de acuerdo a datos de la OMS la depresión es más frecuente en mujeres.
¿Por qué?
Hombres y mujeres construimos nuestra personalidad a partir de diferentes bases debido a la diferencia anatómicambiando, ca de los sexos, así como debido a la diferencia de género que marcan la cultura y la sociedad. Cuando una persona se deprime pierde el interés por la vida y por los vínculos, se siente más vulnerable y su forma de expresarlo va a variar dependiendo de diversos factores, por ejemplo, dependiendo de si es hombre o mujer.
Culturalmente es más frecuente que los hombres aprendan a no mostrar sus sentimientos y a esforzarse por mantenerse controlados. A pesar de que los estereotipos han ido aún es común encontrar hombres que no están dispuestos a aceptar que están deprimidos ya que, desde su punto de vista, eso les haría perder su posición de fuerza y masculinidad. Contrariamente, es común que lo femenino se estructure desde un lugar en el que se puede expresar más fácilmente el dolor y la vulnerabilidad. Socialmente es más aceptado que la mujer se deprima, ya que eso no le hace perder ninguna posición frente a los demás. Desde esta perspectiva habría que pensar si hay también muchos hombres deprimidos que no parecen estarlo, ya que no lo muestran.
En el caso de las mujeres, el ideal de la buena madre y esposa esperado de la fémina, es un mandato difícil de cumplir que puede provocar culpa y sentimientos de impotencia. Esto confronta a la mujer con un deseo que no siempre es suyo, o sea, no siempre eso que hace es lo que quiere hacer y por lo tanto no siempre es gratificante. Estos ideales que son parte de una cultura y que van desde la madre perfecta hasta la mujer delgada y bella, provocan decepción y sensación de poca valía en muchas mujeres.