¿LAS ACCIONES DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS PARA ENFRENTAR LA TRAGEDIA DE LOS SISMOS SERÁN FACTOR EN LAS ELECCIONES DE 2018?
Las redes sociales se han convertido en un catalizador de las exigencias ciudadanas y en una herramienta en el despertar de una nueva ciudadanía participativa. Si bien ciertos actores pueden manipular las tendencias mediante el uso de los llamados bots, estas estrategias de poco sirven frente a los movimientos auténticos de los ciudadanos en las distintas redes sociales, esto lo vimos particularmente tras la emergencia derivada de los sismos del 7 y 19 de septiembre que afectó a diversas entidades del territorio nacional. Usando ese medio, quedó claro que los mexicanos están hartos de la clase política, de la corrupción y que están deseosos de ver soluciones.
Coincido en que el financiamiento de los partidos políticos, hoy en día, representa una gran carga para el presupuesto público, pues según datos del Instituto Nacional Electoral, recibieron la cantidad de 4 mil 59 millones 213 mil 905 pesos en 2017, de los cuales el 97% se encuentran en el rubro de “actividades ordinarias permanentes”. A estos recursos habrá que sumar el presupuesto para la campaña 2018, el cual ha sido el corazón del debate en estos días.
Es lamentable que este tema se haya convertido en una subasta en la que sólo se espera ver quién presenta la propuesta más populista. Ha sido un debate lleno de populismo, al grado de que el PRI en una maniobra poco ética aprovechó la oportunidad para presentar su propuesta para desaparecer a los legisladores plurinominales o pluris, lo que no dijeron es que esto sólo beneficiaría al PRI-gobierno, eliminaría a buena parte de la oposición, perjudicaría a la democracia porque les regresaría la mayoría en el Congreso y regresaría al país a la década de los 50. A ese grado de cinismo e insensibilidad llegaron.
Sin embargo, el manejo que ciertos partidos políticos le han dado al tema ha sido lamentable pues parece que hacen de la tragedia de cientos de mexicanos un acto de campaña más. Prueba de ello fue que, apenas tres días después del terremoto que golpeó a la Ciudad de México, Morelos y Puebla, López Obrador anunció que destinarían parte de los recursos que reciben del INE; primero dijo que el 20%, después que el 25, luego que el 50 de lo destinado a la campaña de 2018, sin embargo, puntualizó que no lo entregará al gobierno federal sino que lo administrará un grupo de personajes de “indiscutible honestidad”, evidentemente que son cercanos a él y a su partido.
El PRI se sumó a la misma propuesta y anunció la donación de 258 millones de pesos, el 25% de su presupuesto de campaña, para la reconstrucción de las zonas afectadas.
Los recursos a los que tienen derecho los partidos políticos son generados por el pueblo de México en su conjunto.
En situaciones de infortunio como las que se presentaron durante y después de los sismos, se esperaba una respuesta solidaria y generosa de parte de los líderes de esas instituciones. No todos fueron sensibles a la voz ciudadana que manifestó la necesidad de destinar los recursos públicos para paliar las consecuencias del desastre natural.
Solamente el Partido Revolucionario Institucional a través de su presidente Enrique Ochoa Reza formalizó ante el Instituto Nacional Electoral la renuncia a 258 millones de pesos del financiamiento público en 2017, lo que es equivalente al 100% de las prerrogativas que le correspondían, para que se regresen de inmediato a la Tesorería de la Federación, con la exigencia de que se destinen exclusivamente en favor de los damnificados y la reconstrucción nacional por los sismos.
El PRI en Nuevo León también renunció a 12 millones de pesos del financiamiento de 2017 e instruyó enviar 23 toneladas en productos para apoyar a los afectados por el sismo en el Centro y Sur de México.
Otros institutos políticos dilataron una respuesta con argumentos mezquinos como “lo importante no es el donativo, sino el seguimiento que se le dé”, por parte del PRD; o el regateo de aportar solo “20% de los gastos de campaña y 6% de los gastos ordinarios”, en el caso de Nueva Alianza.
Por su parte el PAN prometió entregar el equivalente a 50% de todo el fondo de campaña y 5 senadores de ese partido realizaron donativo por 8 millones de pesos.
El Partido Verde anunció que donaría 25% de su presupuesto de 2017.
El Senado de la República contribuyó con más de 2 mil 300 despensas a los afectados por el sismo de 8.2 en Oaxaca y Chiapas a principios del mes de septiembre, y con 25 toneladas de víveres en productos básicos.
Dos días de la dieta de los Senadores fueron destinados para superar la situación de emergencia provocada y en la cuenta bancaria que abrió el Senado de la República se recabaron un millón 150 mil pesos.
A lo anterior se debe incluir la creación de un fondo de reconstrucción de vivienda de 50 millones de pesos, que funcionará en coordinación con la Banca de Desarrollo, mismo que se integró a través de donaciones voluntarias de Senadores y de un fondo que se tiene para el gasto de las bancadas.