Proyectos de 2018
Tras el buen comienzo de la segunda temporada de Chumel con Chumel Torres, el conductor sigue generando proyectos más allá de la televisión. Por ahora, se siguen transmitiendo su programa por HBO Latinoamérica. En su segunda temporada toca los temas más relevantes sobre el acontecer político y social en América Latina. Chumel durante una charla con Publimetro comentó qué cambios tuvo que realizar para este regreso.
“Al principio fue como quitarle el mexicanismo, pero no de raíz, porque a mí me gusta que sepan que soy mexicano y que hablo como mexicano. Hay expresiones que de plano se pierden como el ‘chido’ que cambié por ‘suave’ o ‘padre’. Lo que sí cambió mucho es que en un principio trataba de ser enfático en los problemas de México, ¿por qué?, porque si empezaba a hablar de mi casa, pues daba el nivel de hablar de otras casas, yo no podía hablar de los conflictos de Venezuela, Argentina, Chile, Ecuador, Perú y Panamá si antes no reconocía que en México había un ‘a, b, c, d’; bien dicen que el buen juez por su casa empieza y empezamos, literal, por la casa, eso me dio validez para analizar otro tipo de economía u otras historias políticas sin que necesariamente fuera un bullying”.
Para realizar los 30 episodios de media hora cada uno, reveló que no fue complicado. Chumel Torres no para de trabajar y a la par del programa en HBO sigue con sus presentaciones en vivo. “Estoy pidiendo varias cosillas más, un poco distintas y fuera de la comedia en la empresa, como una serie de drama que me gustaría producir, así como politicoide, y un musical, en el que ya llevo trabajando año y medio, pero no lo protagonizaría, no quiero ser el güey que hace todo [risas]”.
“Es más sencillo de lo que parece, usamos temas de interés. Al final, no tenía que ser demasiado cerebral, porque perdía frescura”.
El Príncipe de los nerds como él se hace llamar con casi dos millones de seguidores en sus redes sociales acepta que le gusta ser incómodo, aunque eso provoque una serie de críticas no tan positivas.
“Más que poner el dedo en la llaga, es llamar la atención. No es ser incómodo sino capaz de dialogar, hay que ser inteligentes porque no podemos estar de acuerdo en todo, pero todo puede arreglarse”.