CATALUÑA VIVE JORNADA DE REFLEXIÓN PREVIA A ELECCIONES
La Secretaría de Estado de Seguridad española coordinará este jueves un macrodespliegue policial que incluirá la protección de los centro de tratamiento de datos que emitirán los resultados oficiales. Tras conocerse los resultados de los comicios, constit
La Secretaría de Estado de Seguridad española diseñó un macrodespliegue policial para garantizar la protección del 21 de diciembre en la comunidad autónoma de Cataluña. Participarán 10 mil agentes de los policías autonómicos denominados Mossos d’Esquadra y 3 mil efectivos de Policía Nacional y Guardia Civil. Además, habrá otros dos mil funcionarios de las fuerzas de seguridad del Estado español en reserva para incorporarse inmediatamente al operativo en el caso de que las circunstancias lo requieran, según confrimaron fuentes policiales.
La prioridad del Ministerio del Interior es garantizar la seguridad de los centros de votación a los que están llamados los
5.3 millones de catalanes que residen en la comuni dad más otros 224 mil 844 que viven en el extranjero, pero el plan también incluye la protección de los traslados del material electoral y de los centros de tratamiento de datos que intervendrán en el recuento de las papeletas.
Entre esos puntos neurálgicos se encuentra el Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CTTI) de la Generalitat, que ya fue empleado por el govern de Carles Puigdemont para gestionar el referéndum ilegal del 1 de octubre.
Sobre las eleccio nes de este jueves gravita precisamente la tensión que se vivió en la consulta independentista y el temor del gobierno de Mariano Rajoy a que se produzcan ataques o sabotajes que minen la legitimidad de los resultados. Asimismo, cualquier contratiempo podría minar la imagen de España ante la comunidad internacional.
Los partidos y colectivos independentistas, que negaron la autoridad del Ejecutivo central para convocar estos comicios, ya han advertido que colocarán apoderados en todas las mesas para hacer un recuento alternativo al oficial.
El despliegue diseñado por Interior supone la movilización de casi el 60% de la plantilla total de los Mossos, compuesta actualmente
por
unos 16 mil 800 agentes. Además, implica la participación de los efectivos de las fuerzas de seguridad del Estado
desplazados
a Cataluña desde otros puntos de España en la llamada operación Copérnico. Interior movilizó hasta 6 mil policías y guardias civiles en los días previos al 1 de octubre. Tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, esa cifra se fue reduciendo progresivamente
hasta quedar por debajo de la mitad. Este jueves, los agentes que siguen sobre el terreno se sumarán a los 5 mil policías y guardias civiles destinados de forma permanente en la comunidad.
El gobierno de España también dedicó una ingente cantidad de recursos a la ciberseguridad de la votación. Como contó este diario, los expertos prevén que las páginas web oficiales puedan ser blanco de ataques de denegación de servicio o DDoS para impedir que sean vistas por los ciudadanos. El otro riesgo es que, en paralelo, aparezcan páginas ficticias con datos inventados. El resultado sería un caos informativo que alimentaría las tesis de manipulación electoral que han aireado los partidos independentistas a lo largo de la campaña, aunque los resultados oficiales nunca se verían alterados.
El gobierno, el CNI y las empresas encargadas del procesamiento de datos y de las redes de transmisión tomaron medidas excepcionales para impedir el hackeo del sistema.
Desde el año 1982 que España no vive una jornada electoral en un día laborable, por lo que las autoridades han tenido que recordar a las empresas que los trabajadores tendrán la posibilidad de ausentarse hasta por cuatro horas para acudir asu centro de votación.
Ante la expectación de los comicios, analistas políticos vaticinan que el independentismo podría agudizar su división al ver peligrar su hegemonía en el paralamento catalán. Por su parte, anoche en el cierre de campaña la principal favorita, Inés Arrimadas, de Ciudadanos, llamó a aglutinar el voto constitucionalista en su partido y así romper con posibles pactos que llevarían a Cataluña a un callejón sin salida.