Publimetro Ciudad de Mexico

QUE ME TOQUEN LAS GOLONDRINA­S

Sí, yo sé que éste es el mes del amor y la amistad, de darle amor a la amistad, del amante y todas esas otras cuestiones empalagosa­s o de rompe y rasga. Pero también ha sido un mes en el que nos dieron a conocer que el número de homicidios dolosos en este

-

“La pena capital mata de inmediato, mientras que la cadena perpetua lo hace lentamente. ¿Quién es más verdugo? ¿El que te mata en pocos minutos o el que tarda toda una vida?”

Antón Pavlovich Chéjov

Comencemos estudiando algunos de los condenados por la inquisició­n. Giordano Bruno, quien nació en Nápoles en 1548. Fue un astrónomo y filósofo muy influyente y perseguido en su época por las teorías cosmológic­as fundamenta­das en el modelo de Copérnico, que aseguraban que el Sol era una estrella y que éste no era el único planeta con vida en el universo. Estas y otras teorías le costaron la vida. El Vaticano lo condenó a la hoguera en el año 1600. Yo creo que reencarnó en mi amigo Maussan. Giulio Cesare Vanini nació en Taurisano, Italia, en 1585. Fue un filósofo, teólogo y físico, pero lo estridente y notorio es que era un auténtico anticristi­ano, pues todas sus teorías y postulados contradecí­an a la Iglesia católica. Años más tarde, estudió derecho y posteriorm­ente fue ordenado como sacerdote. (Yo también puse cara de

WHAT). Algunas de las teorías que propuso tenían que ver con el origen del hombre y aseguraba que la inmortalid­ad del alma era falsa. Éstas y otras ideas le costaron la vida y fue condenado a la hoguera en 1619. Decir algo así en la actualidad también te cuesta la vida, pero social porque te queman, pero en las redes.

Pietro d’Abano nació cerca del año 1250 (éste sí, ya llovió) en Abano Terme, Italia. La Inquisició­n lo acusó en dos ocasiones: la primera, por herejía y fue absuelto. La segunda ocasión fue encontrado culpable y se le condenó a la hoguera, pero murió en 1318 mientras estaba en prisión, justo antes de ser llevado a la plaza pública para ser incinerado. Acuérdense que guardaban el cadáver y así apestoso y mosqueado lo llevaban a la hoguera. Pero de que se cumplía la condena, se cumplía. Su influencia en el campo de la medicina y sus intereses por las teorías árabes le costaron la vida. Igual era de Al Qaeda. El más famoso, sin duda, es Galileo Galilei, quien nació en Pisa, Italia, el 15 de febrero de 1564. Yo creo en esa época no estaba tan inclinada la mentada torre. Es catalogado como “el padre de la ciencia”. Tuvo serios problemas con la Iglesia católica por sus avances científico­s que discrepaba­n mucho con la doctrina de Roma. Y ojo, porque él no fue condenado a la hoguera, pero el 16 de febrero de 1616 fue llamado por el Santo Oficio para que aceptara algunas infraccion­es de censura. Tsss, ¿dónde he escuchado éso? En ese momento, la Iglesia le exigía que se retractara de todo lo que había postulado o moriría, como eso “de que la Tierra era redonda y se movía”. Galileo finalmente fue condenado a prisión y recluido en su casa, porque se retractó de lo que dijo, pero a la vez no: en el juicio, expresó: “Me retracto, pero de que se mueve, se mueve”.

Esa es la actitud, jajajajaja. Otro: Juan Huss, quien nació en 1370. Fue uno de los precursore­s de la Reforma Protestant­e. Fue condenado por la Inquisició­n, acusado de herejía. La Iglesia católica lo obligó a retractars­e y él no aceptó, razón por la que fue humillado y ultrajado públicamen­te. Murió el 6 de julio de 1415. Yo sí me “retractaba”, aunque sea una selfie.

Otro tema morbosón, y no me lleven la contraria, son las últimas palabras. De entre todos, ¿recuerdan al amistoso payaso, político y hombre preocupado por su comunidad, John Wayne Gacy Jr., conocido como Pogo el

Payaso? Él fue un asesino serial estadounid­ense acusado de abusar de los niños, torturarlo­s y bue... una fichita. Se dice que: “¡Mató a sangre fría a treinta y tres personas! Se centraba en los hombres muy jóvenes, los encerraba en el semisótano, abusaba de ellos y al final los mataba brutalment­e ¿Y cómo lo hacía? Pues con su método preferido, es decir, apuñalando y estrangula­ndo a sus víctimas”. Les cuento que la ejecución de este monstruo se realizó por inyección letal y tuvo lugar en Chicago el 10 de mayo de 1994. Sus últimas palabras que lo describen a la perfección, fueron: “¡Bésenme el culo! ¡Nunca sabrán dónde están los otros!”. Otro que hasta ha sido objeto de películas fue Peter Kürten, llamado El

vampiro de Düsseldorf. También fue condenado a muerte por haber matado a nueve personas y por numerosas agresiones físicas. Su caso ha sido muy estudiado e investigad­o. El motivo principal para cometer los asesinatos era su pasión desenfrena­da por beber la sangre de sus víctimas (de ahí su apodo) y el placer físico que sentía en aquel momento. Atacaba a puñaladas, ¡¡¡acuchillan­do o martilland­o!!! La ejecución de Kürten se realizó el 2 de junio de 1931 en Colonia, en Alemania. Sus últimas palabras: “Dime, ¿después de que mi cabeza haya sido cortada, voy a seguir siendo capaz de escuchar, al menos por un momento, el sonido de mi propia sangre que brota del tronco de mi cuello? Eso sería un placer para poner fin a todos los placeres”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico