Café Tacvba
Rubén Albarrán es un estuche de monerías, guarda un sin fin de sorpresas y sólo al charlar con él, se conocen sus diversas facetas. Conocido por ser el vocalista de Café Tacvba, ha logrado combinar una serie de proyectos que le han permitido aportar un granito de arena para hacer un mundo mejor.
Activista, cantante y DJ, confiesa a los cuatro vientos que es “un hippie”; además, hace cinco años debutó en el cine al dirigir y escribir el cortometraje: Entre lo profano y lo divino.
“El cortometraje es malísimo, me da vergüenza mostrarlo. No soy director, pero me invitaron a hacer una ficción con el tema en la serie Fronteras, donde se logró hacer visible la problemática de Wirikuta”.
El músico asume que no le importa lo que piensen de su trabajo como director, así como fue al inicio de su carrera en la música.
“Eventualmente, espero hacer más trabajos en cine. El primero fue malo, pero creo que echando a perder se aprende. Me gustaría producir algo, un documental o ficción, pues me gusta mucho eso. No sé si tengo los dones... pero tampoco me importa mucho, como nunca me importó lo que pensaran de mí en la música, así que simplemente lo hice. No es porque tuviera grandes estudios, sino porque era una necesidad, si esa necesidad de comunicar –a través de imágenes– llega a un nivel que no lo pueda contener más, lo voy a hacer, La agrupación se prepara para ofrecer conciertos en Estados Unidos, y luego viajar a Reino Unido, España, Francia, Dinamarca y Alemania.
“Vienen conciertos importantes con Café Tacvba, y le estoy dando toda mi energía y tiempo a mis proyectos musicales”. sin importar si está bueno o malo. Lo importante era abrir el espacio y comunicar algo, más que el resultado que como director pudiera tener”.
En su faceta como activista, asume que le gusta unirse a causas que lo sensibilizan.
“Pongo a disposición la – poca o mucha– atención que como persona o músico puedo tener para sensibilizar a la sociedad. He recibido mucho más de lo que yo puedo aportar”.