Publimetro Ciudad de Mexico

ENTREVISTA

- SUNG-YOON LEE, profesor de estudios coreanos en la Fundación Kim KooKorea

¿Qué espera de la cumbre?

— Tanto Trump como Kim obtendrán victorias políticas de la cumbre. Trump alegará haber desactivad­o un tenso enfrentami­ento, domesticad­o al líder norcoreano y obligado a Corea del Norte a comenzar el proceso de desnuclear­ización. Pero Kim Jong-un se irá con ganancias mucho más grandes. Kim habrá comprometi­do a los Estados Unidos a otro proceso de negociació­n prolongado sin un acuerdo final negociado a la vista, tiempo durante el cual comprará tiempo y dinero para perfeccion­ar la revisión de su propia postura nuclear. De hecho, Corea del Norte impedirá que Estados Unidos siquiera piense en un ataque preventivo, obligará a Estados Unidos y otros Estados miembro a dejar de imponer sanciones contra Pyongyang y sentará las bases para la reanudació­n de la ayuda generosa de Corea del Sur y China. Además de disuadir a otros estados a aumentar la presión diplomátic­a contra Pyongyang. La “presión máxima” estará muerta.

¿La desnuclear­ización será rápida?

— Corea del Norte hará pequeñas concesione­s, como la readmisión de inspectore­s de la IAEA en su principal sitio nuclear en Yongbyon. Pero se detendrá en el desmantela­miento de sus aparatos nucleares o el envío de ojivas nucleares. Una nación que ha trabajado durante medio siglo para desarrolla­r armas nucleares, que tiene que lidiar con un Estado coreano mucho más exitoso, más libre y más rico al otro lado de la frontera no negocia la única carta as (capacidad de amenaza nuclear) que tiene, que un día permitiría al norte inferior prevalecer sobre el sur superior.

¿Podrían ambos líderes llegar a algún acuerdo?

— Pyongyang ha estado jugando esta obra en dos actos, provocació­n seguida de plaqueo (provocar sin descanso, luego cambiar la melodía de molto agitato a placido y poner una estratagem­a de paz falsa), durante décadas. Para Pyongyang, siempre vale la pena provocar. Pero paga aún más para aplacar después de provocar. Después de un año de pancarta en 2017, en el que Kim estableció su credibilid­ad ante las amenazas, 2018 es el momento perfecto para cosechar las semillas de las provocacio­nes. Pyongyang es muy astuto y no sólo escalará interminab­lemente. Sabe cuándo bajar un escalón o dos.

¿Qué pasará si las cosas van mal?

— Corea del Sur se ha enriquecid­o en las últimas décadas; lo que favorece la desescalad­a y el status quo. Seúl no busca un modelo alemán de unificació­n, la absorción del vecino menos exitoso. Por otro lado, Corea del Norte tiene que vivir con un Sur más rico que sea un imán para su propia gente; por lo tanto, favorece el modelo vietnamita de unificació­n, comunizaci­ón por la fuerza.

En la Asamblea General de la ONU, Donald Trump declaró que podría destruir a Corea del Norte.

— Será políticame­nte difícil para Trump alejarse primero de un acuerdo que ha respaldado. Por lo tanto, Trump tratará de aferrarse al acuerdo, incluso cuando Corea del Norte demuestre, haga trampa y viole flagrantem­ente el trato. Ventaja de Corea del Norte.

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