40 MINUTOS PARA SER FELIZ
Comprar un nuevo auto luego de que usted investigó, pensó, hizo cálculos y decidió por su mejor opción es un proceso feliz. Los clientes vamos por ellos a la agencia, muchos en familia, pareja o con amigos que festejan el momento, que es lo suficientemente mágico para pintarle una sonrisa. Pero aún con todos esos esfuerzos e, incluso, contemplando una llamada para saber cómo va con su auto días después de que lo sacó de la agencia, no servirá de nada si llega al servicio y simplemente todo falla.
Certeza en el presupuesto, tiempos de entrega, sinceridad en la accesibilidad de partes, un buen y verdadero diagnóstico, así como una entrega puntual con el auto lavado y lleno de gasolina, no pedimos menos. Por ello las marcas responsables, las que piensan y se centran en los distribuidores y tienen al cliente como máxima, tienen el futuro asegurado, o sea los inventarios vendidos de todo lo que puedan traer y la fidelidad del cliente, porque no se querrá ir de tan bien que lo tratan.
El servicio en Mazda será tan breve como decir ZoomZoom, es decir: 40 minutos. Sí, 40 minutos en los que usted podrá ir a dejar su auto, pulsar el botón de su cronógrafo, tomarse un café, contestar correos o ver un capítulo de su serie favorita. Así de rápido su Mazda estará listo, y si no lo está, usted no pagará nada. Eso es lo que yo llamo atreverse a conquistar dentro de un mercado tan competido. Quien dé mejor servicio tiene asegurado al cliente, no importa el tamaño de mercado, su desempeño será como marca y agencia inigualable. Mazda hoy crece 5% en un mercado que cae el 10%, y va por más con esta clase de servicio.