Las ventajas de movernos a pie
Caminamos todos los días; sin embargo, esta actividad es poco reconocida como medio de transporte según encuestas a nivel nacional, ¿será que a los mexicanos realmente no nos gusta caminar?, ¿otros factores nos desalientan?
Caminar es el medio de transporte natural de la mayoría de los seres humanos. Esta posibilidad de avanzar, indudablemente, nos permite independencia para trasladarnos a la escuela o sitio de trabajo, y a destinos cercanos como el supermercado.
“Caminar tiene muchos beneficios: es saludable, no contamina y no provoca congestionamientos. La única desventaja es que solamente sirve para viajes cortos”, explica el doctor Manuel Suárez Lastra, director del Instituto de Geografía de la UNAM.
Según la Encuesta Nacional de Movilidad y Transporte, Los mexicanos vistos por sí mismos de la UNAM, el 75% de los encuestados están dispuestos a caminar 10 minutos para ir a algún lugar, mientras que el 50% aceptaría hacerlo por sólo 20 minutos, recorriendo distancias que van de los 800 a mil 600 km.
Sólo el 7% de los viajes a nivel nacional se realiza caminando. El doctor Manuel Suárez explica que, si bien a las personas no les representa ninguna incomodidad caminar, en realidad el entorno juega un papel fundamental para que una persona decida hacerlo o no.
Si lo pensamos detenidamente, nos percatamos que existen viajes que los ejecutamos caminando sin mayor reflexión, por ejemplo: para ir a la tienda que está en la calle de la esquina frente a nuestro hogar, tomar el taxi o, simplemente, ir a la estación del Metro o Metrobús que está cerca de la oficina.
El hecho de que algún transporte público esté cerca de nuestra oficina es motivo para elegir caminar o no, dada la distribución de los lugares de trabajo son pocas las personas que pueden laborar cerca de sus hogares y esto, a su vez, disminuye la posibilidad de caminar para trasladarse hasta estos sitios.
El estudio hecho en 2015 reveló que en México el 74% de la población nacional utiliza transporte público, a pesar de ser uno de los peor calificados, “las personas encuestadas, consideran al transporte público lento, inseguro, incómodo, tardado, de bajo acceso, caro, deteriorado y sucio” comentó el doctor Manuel Suárez.
¿Caminar o no caminar? He ahí la cuestión que invita a considerar la posibilidad de empezar un nuevo hábito; aún más, cuando son viajes cortos.