LA NOCHE DE LA MÚSICA LATINA
Es sólo una noche la que quienes hacen la industria de la música en Iberoamérica aprovechan para reconocerse y celebrarse: la noche del
Grammy Latino. Ésta es la reunión más grande de estrellas del año, de quienes han protagonizado el acontecer y lo mejor del mundo del espectáculo.
Hablar con Gabriel Abaroa es tener la oportunidad de estar frente al hombre que maneja la academia que a su vez entrega el Grammy. “Seguramente tú recuerdas cuando la Academia Americana que da los Grammys –lo que le llaman los Grammys americanos– de repente un día anunció que instituía una academia, la academia latina y de repente todo mundo le auguraba como uno o dos años de existencia máximo, y estamos a punto de cumplir los 20 años y entrar a la tercera década de existencia de esta organización” nos dice con orgullo. “Orgullo” es la palabra con la que Gabriel decide definir su ardua tarea; no sólo para hacer realidad cada año la noche de los reconocimientos, sino todas las tareas que realiza con la fundación, la cual surge en gran medida de la noche previa en donde se reconoce a la Persona del año, que en este 2018 será la banda tapatía Maná. “El propósito principal de la cena normalmente se desconoce; desde luego que honrar a Maná en este caso. Este año nos damos el lujo de honrar por vez primera a una banda de rock, y Maná cayó como anillo al dedo, porque son muy congruentes con lo que dicen y lo que hacen, eso no es fácil de encontrar; pero la realidad es que todos los fondos que se pueden recaudar de esa cena de gala van para un evento que es más lindo aún, que es el poder dar becas para muchachos que tienen unas habilidades extraordinarias, pero no la capacidad económica para estudiar. Ahorita tenemos 180 muchachos estudiando en las mejores universidades del mundo, cuatro de ellos ganando becas de 200 mil dólares en Berkley, Boston. Luego tenemos a 16 ganando 100 mil dólares y 10 mil dólares los demás. Les pagamos, por ejemplo, a los de 200 mil dólares, cuatro años de estudio, su residencia y su alimentación, para que no haya un solo muchacho o muchacha que el día de mañana puedan pensar: “Dios me regaló un talento, pero no nací en la casa donde me pudieron apoyar y me perdí, aquí estos chicos van a poder salir a dar la batalla”.