VANESSA RUBIO
SENADORA DE LA REPÚBLICA POR EL PRI
Se ha discutido mucho el tema de la transparencia de los recursos y bienes de los servidores públicos, pero el enfoque se ha centrado más en el morbo de qué tienen y qué no tienen, y no en la transparencia ni en lo más importante, que es el asegurar que los servidores públicos tengan solamente recursos de procedencia lícita y vivan de acuerdo con sus ingresos. Una declaración 3 de 3 (que es la suma de las declaraciones patrimonial, de impuestos y de intereses), independientemente de si contiene datos públicos o reservados, no resuelve el problema de la corrupción porque cualquier persona que haya sido vinculada a desvíos de recursos seguramente no reportó los ingresos provenientes de dichos actos en sus declaraciones. Por ende, deberíamos también fortalecer las áreas encargadas de auditar a los servidores públicos para que sus declaraciones estén sujetas a una revisión de la evolución de su patrimonio y su forma de vida. Debemos poder asegurarnos de que los ingresos y el ahorro de los servidores públicos y de sus familiares directos justifiquen plenamente sus activos físicos y financieros (casas, automóviles, cuentas bancarias, entre otros) y constatar que el comportamiento fiscal y financiero de un servidor público sea congruente. Entonces, debemos preocuparnos por que haya transparencia, sin duda, y el que los servidores públicos estemos obligados a presentar estas tres declaraciones es importante, pero también debemos fortalecer la capacidad técnica de las autoridades encargadas de auditorías con
big data (datos amplios y agregados) a fin de asegurarnos que el patrimonio y el gasto sean acordes a los ingresos. No está mal ganar dinero y gastarlo con absoluta libertad, todos tenemos esos derechos, sólo que los recursos deben probar su origen lícito y su consistencia en el tiempo.