ESTE GOBIERNO PRETENDE REESCRIBIR LA HISTORIA
México es un país muy rico en historia y cultura, lo que nos ha permitido forjar una identidad cultural compuesta por diversas influencias de las raíces que formaron nuestra sociedad actual, que va desde los pueblos originarios prehispánicos, los colonizadores provenientes de los reinos de Castilla y Aragón, pasando por los africanos que fueron traídos a nuestro territorio en calidad de esclavos, así como las importantes olas migratorias de latinoamericanos que encontraron en nuestro país un refugio ante los difíciles tiempos que vivieron sus democracias.
En ese contexto social y cultural de nuestro país, la disculpa que exigió el presidente de México al rey Felipe VI, jefe del Estado español y al papa Francisco, como cabeza de la Iglesia católica, tienen diversas lecturas; por un lado, es evidente que es una cuestión más de ideología, que es un despropósito y una solicitud totalmente extemporánea. Pero lejos de las reacciones que suscitó dicha carta –que se encuentra innegablemente fuera de lugar– existen consideraciones que llaman la atención.
Por un lado, es evidente que el gobierno federal tiene serios problemas con guardar las formas y el protocolo, por lo que surge una pregunta seria: ¿en dónde está el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores? Porque es evidente que tensar una relación diplomática que actualmente es benéfica económicamente para nuestro país no pasó por los ojos del equipo que integra el Servicio Exterior Mexicano.
Como líder autoritario, López Obrador desestima la política exterior, pues no es una agenda que él pueda controlar; es por eso que trata de “nadar de muertito” en temas trascendentales como la crisis en Venezuela y las constantes agresiones del gobierno de Estados Unidos a nuestro país. Justificándose en frases como “no voy a generar polémica”, el tabasqueño simplemente guarda silencio en temas que deberían ser prioridad para nuestro país. La cuestión aquí es de dónde surge su interés por reavivar una situación que como sociedad superamos al grado de que abrir nuestras fronteras para recibir a cientos de españoles durante la Guerra Civil que azotó su patria en la primera mitad del siglo XX.