KENIA LÓPEZ
SENADORA DE LA REPÚBLICA POR EL PAN
El bienestar de los trabajadores mexicanos no puede estar sustentado ni alcanzarse sólo con decretos o por ley, pues si se crean leyes laborales sin un clima financiero y de negocios adecuado, se estaría poniendo en riesgo la eficaz aplicación de éstas.
En la Cámara de Diputados, después de una controvertida discusión el pasado 11 de abril, con 258 votos a favor, 67 en contra y 18 abstenciones, se aprobó en lo general y en lo particular el dictamen relativo a la reforma laboral.
Dicha reforma modifica la Ley Federal del Trabajo, la Orgánica del Poder Judicial de la Federación, la Federal de la Defensoría Pública, así como las aplicables en materia de seguridad social como las del Seguro e Infonavit.
Para lograr beneficios en favor de los trabajadores es necesario que además de una legislación eficaz que los apoye se deben generar empleos que produzcan riqueza aunado a políticas públicas que provoquen una mejor
distribución de ésta.
Lamentablemente los mensajes que ha mandado el titular del Ejecutivo federal a los empresarios del país, chicos o grandes, son muy malos para desarrollar un ambiente óptimo que genere empleos, pues solamente causa incertidumbre en los sectores financieros.
Prueba de ello son las cancelaciones arbitrarias de obras públicas, descalificaciones a empresas sin sustento alguno, acusaciones infundadas a sectores empresariales y desarrollo de proyectos inviables.
La discusión de la reforma laboral ahora estará en el Senado de la República, sin embargo, a pesar de lo que se logre en materia legislativa, el presidente debe ayudar a la creación de empleos generando certidumbre financiera.
Si el Presidente de la República quiere ayudar a los trabajadores debe dejar de ver a los empresarios como si fueran sus enemigos.