ESTE GOBIERNO MEJORARÁ LA SEGURIDAD
El asesinato de los dos jóvenes universitarios, de 22 y 29 años, –ambos durante la semana pasada– son hechos lamentables. La inseguridad es un tema prioritario que tiene a la sociedad mexicana muy preocupada y ciertamente es una obligación del Estado garantizar la seguridad. A partir de los asesinatos de Norberto Ronquillo y Leonardo Avendaño, se ha montado una campaña en contra de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, perfectamente orquestada por adversarios que no quieren y no les gusta que cambien las cosas en la ciudad y en el país. La inseguridad es un tema muy delicado y difícil; fue la propia Norelia Hernández, madre del joven Norberto Ronquillo, quien dijo que el asesinato de su hijo no debe politizarse y pidió a los ciudadanos no dejarle todo al gobierno. La impunidad galopante de gobiernos anteriores es la que nos ha llevado a la situación de inseguridad en la que estamos actualmente. Durante las administraciones de los ex presidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, la impunidad fue permeando a los cuerpos policíacos, al Ejército, a la Marina, a la Secretaría de Seguridad Pública federal y también a los órganos locales. Basta mencionar los secuestros del hijo del empresario Alejandro Martí, de la hija del ex deportista Nelson Vargas, de la hija del empresario Eduardo Gallo, además del secuestro masivo de 13 jóvenes en un bar de la colonia Juárez, el caso Heaven, ocurridas en administraciones anteriores. Ni la Ciudad de México, ni el país se han vuelto más inseguros después del cambio de gobierno. Obviamente hay más presión.