OTROS VIAJES
La civilización India, una de las más antiguas del mundo, floreció durante el tercer y segundo milenio AC. Tribus arias del noroeste se infiltraron en el subcontinente indio alrededor de 1500 AC; su fusión con los primeros hablantes de Dravidian creó la cultura india clásica. Con poco más de 1,296,834,000 habitantes actualmente, las estampas de la India son un recordatorio vivo y uno de los crisoles más ricos de la cultura humana. En el siglo XIX, Gran Bretaña ocupaba el poder político dominante en el subcontinente y la India era considerada como la “Joya de la Corona” del Imperio Británico. El ejército británico de la India desempeñó un papel vital en ambas guerras mundiales. Liderados por Mohandas Gandhi y Jawaharlal Nehru, los años de resistencia no violenta al gobierno británico desembocaron en la independencia de la India en 1947. Sin lugar a dudas, Mohandas Karamchand Gandhi, después bautizado como
Mahatma (gran alma) por el gran poeta Rabindranath Tagore, es una herencia icónica de esta maravillosa cultura, y es el emblema encarnado de las luchas pacíficas y hechas con la materia prima de la conciencia. Conocer de cerca este asombroso mosaico es una de las experiencias que, ya sea físicamente o a través de los libros y el conocimiento, nadie se puede perder. Cada pueblo del mundo aporta algo especial y único a la realización de la raza humana en su totalidad. No es fortuito que en ciertas regiones, con determinadas características geográficas, climáticas, biológicas, nacieran religiones específicas, se descubrieran piezas fundamentales para la evolución del ser humano, y fueran la cuna de nuestra civilización. Toda esta diversidad, por supuesto, conforma también la poesía de la naturaleza. La cultura India nos enseña, entre otras muchísimas cosas, que ya sea que te vaya bien o mal en esta vida, el común denominador para que te siga yendo bien o para que no te vaya tan mal, y para que en la siguiente vida te vaya mejor, es el trabajo arduo, continuo y muchas veces sólo voluntario; es decir, por el puro arte de servir. Hacer el bien, cuidar de los actos nobles y bondadosos, porque el karma no es un concepto abstracto, sino un hecho real de causa y efecto, tangible y evidente, contemplado desde la sinergia de sus dos principales religiones: Hinduismo y Budismo. El mosaico de colores, sabores, aromas, es reflejo de un arte que se dibuja desde el espíritu. Culturas como esta son un recordatorio de la sabiduría y el esplendor de los seres humanos. A pesar de que en estos momentos por doquier vemos un mundo caótico y tantas veces desesperanzador, muchas de las respuestas han estado ahí por siempre: en las culturas cuna, en los pueblos originales, en cada una de las piezas que aportan a esta nuestra raza humana. Entre más logremos integrar y conocer las diferentes visiones y formas de interpretar y ejecutar la vida, más grande será nuestra capacidad de movimiento y resurgimiento en unidad.