MÓNICA FERNÁNDEZ BALBOA
SENADORA DE LA REPÚBLICA POR MORENA
La situación económica de un país depende de muy diversas variables y el crecimiento se mide de distintas formas. En el caso de México –como en gran parte del mundo– se percibe una disminución en el dinamismo de la economía. Los conflictos comerciales, principalmente entre Estados Unidos y China, han propiciado que los inversionistas internacionales actúen con cautela y muchos de ellos pospongan sus planes de expansión.
La desaceleración de la economía mundial de la que nuestro país forma parte importante –al situarse en los primeros 15 lugares– necesariamente nos afecta. De ahí que diversas instituciones como el Banco de México, analistas especializados e, incluso, el propio gobierno han reconocido que en este año el crecimiento será menor al esperado, pero de ninguna manera han advertido lo que dice el Bank of America.
En México sigue existiendo confianza en la fortaleza y perspectivas del país. El manejo responsable de las finanzas públicas, la decisión del presidente de la República de no recurrir
a más endeudamiento, como sucedió excesivamente en el pasado reciente, la reorientación de la política económica, junto con el nuevo impulso que se dará al sector energético mediante mayores inversiones públicas en Pemex para recuperar su capacidad de producción, entre otras acciones, permitirán que pronto nuestra economía crezca más rápidamente.
En ese sentido, los empresarios nacionales han expresado su confianza y se han comprometido a invertir 32 mil millones de dólares, lo que representa una señal clara de estabilidad. Por ello, es conveniente tomar con reserva las expresiones alarmistas de instituciones bancarias extranjeras, las cuales responden obviamente a los intereses de su casa matriz, que buscan atraer capitales a sus países de origen.
México no está en recesión y mucho menos se avecina una crisis. La economía pronto crecerá más rápido porque el gobierno está haciendo lo correcto combatiendo la corrupción y comprometiéndose con la austeridad.