En el viaje, una mirada a la juventud mexicana
La escritora Anaí López vuelve a explorar profundamente el comportamiento de los jóvenes de la Ciudad de México para plasmar una realidad que refleja sus miedos y la búsqueda de respuestas que parecen nunca llegar
¿En qué te basaste para escribir esta historia? Describes muy bien la vida cotidiana del habitante típico de la Ciudad de México. — Tengo tres libros anteriores, una trilogía llamada Quiéreme cinco minutos y ya desde entonces tenía interés en la juventud de mi ciudad, es donde crecí y es lo que conozco. Exploré a profundidad la adolescencia y ahora me interesó explorar esta nueva etapa, basada en la edad de los años veinte, una etapa compleja porque quieres seguir descubriendo el mundo, pero sigues siendo joven y lleno de inquietudes y el mundo ya te exige que trabajes y madures, pero uno nunca termina de madurar porque siempre vas aprendiendo experiencias, yo creo que la vida se va desplegando porque vamos todos a ciegas, sin mucho control de nada. Los veintes es como esta confrontación entre la curiosidad y el desenfreno que uno todavía está experimentando y las exigencias del mundo adulto.
¿Qué retos enfrentaste al escribirlo?
— Fue una investigación muy grande la que tuve que hacer durante cuatro años, escribiendo notas, creando a los personajes y desarrollando la historia hasta que ya me puse a escribir, pero tenía poco tiempo porque solamente disponía de las mañanas, mientras mi hijo estaba en la escuela, pero eso me ayudó a tomar una rutina y es lo mejor que uno puede hacer cuando escribe. La investigación que hice fue sobre el mundo del consumo, de las sustancias, de las adicciones, de las tradiciones milenarias a las que mis personajes acceden porque de eso se trata su viaje. En el libro tratas el tema de las adicciones. ¿A qué atribuyes que en la sociedad actual se dé tan fuertemente el fenómeno de ser tan dependientes de algo? — Es un hecho que en la época en que vivimos hay más dependencia a cosas, creo que es la compulsión al consumo en general que nos tiene a todos hechos unos locos y ese consumo puede ser, como bien dices, de sustancias, de cosas, de personas, de comida, de likes, de ejercicio pues uno se puede hacer dependiente de casi cualquier cosa.