Violencia sexual infantil en las cárceles
Senadora del PAN
Miguel y César son dos niños que acudían con sus respectivas mamás a las visitas conyugales al centro penitenciario donde se encuentra su padre. Mientras sus padres tenían intimidad, eran cuidados por otros internos, quienes aprovechaban la ocasión para abusar de ellos. De César se dieron cuenta del abuso sexual cuando en una revisión médica por posible neumonía, notaron que tenía una dilatación anal, su llanto de más de dos horas no era por su tos con flemas, sino por el dolor. Miguel fue violentado por un supuesto amigo de su padre, ambos en prisión. Era secuestrador y agresor sexual infantil, se percataron de sus delitos al fallecer a causa de Covid-19. Es probable que tenga deseo de dejar esta lectura, por favor no lo haga, sólo conociendo estas historias
evitaremos que ocurran. Juntos podemos y debemos construirles una vida y sociedad sin violencia. Dany tiene a sus padres en prisión por feminicidio y violencia sexual infantil contra una pequeña de siete meses y otra de dos años. Ella era abusada por su padre cuando su madre acudía a visitarlo al penal. Karla es del norte del país, vive con su madre fuera de un penal, fue víctima de violencia sexual por su papá. Su mamá lo denunció y logró llevarlo a prisión, pero ante las amenazas de éste, Karla acudía a las visitas conyugales para que siguiera abusando de ella. En este penal hay varios casos de niñas violentadas por sus padres, el DIF estatal ha detectado que son las propias madres las que llevan a sus hijas a sus parejas sentimentales. Saskia Niño de Rivera, cofundadora de la organización Reinserta, me dice que en México cuesta bastante entender que los niños, niñas y adolescentes son sujetos de derechos, por lo que de no defender a la niñez, estaríamos ante un futuro desolador; y coincido totalmente con ella, no podemos seguir en la indiferencia cuando en los centros de readaptación hay menores violentados. “No puede ser posible que el 90% de los niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas y sobrevivientes de violencia sexual no puedan tener acceso a la justicia. No podemos seguir volteando a ver otros temas. Somos el segundo lugar en violencia sexual, me parece una mala broma”, señala Saskia. Sostiene que es urgente poner límites dentro de los penales, para que no hayan más casos, exista una verdadera reinserción y no haya una revictimización de la cual no se tiene conocimiento.