Leonor Noyola
De conformidad con lo previsto en la Constitución federal, las autoridades del sector salud de nuestro país son las obligadas a garantizar el derecho humano y fundamental de protección a la salud de las y los mexicanos, así como llevar a cabo todas las acciones necesarias para materializarlo: proporcionar infraestructura hospitalaria, medicamentos, médicos, tratamientos, vacunas, etcétera. Sin duda, el tema más importante, no sólo por México, sino por muchos países en el mundo, para contrarrestar los contagios por Covid-19, es el de la vacuna. Si tomamos en consideración que dicha pandemia ha dejado casi 110 mil personas fallecidas y más de un millón de contagios, y que la realidad nos muestra que día con día estas cifras se incrementan, resulta por demás necesario que el gobierno de México defina y comunique la logística de la distribución de vacunas contra el Covid-19, con la finalidad de que ya no existan más muertes y contagios; sin embargo, a mi juicio, es un tema que debe ser tratado con toda prudencia e implementarse la estrategia que mejor nos beneficie a las y los mexicanos, entendiendo que existen sectores de la población a quienes se debe dar prioridad (de alto riesgo), y que al existir una gran demanda mundial y por la capacidad de producción, será imposible que lleguen en un solo momento todas las vacunas que requerimos, por lo que debemos ser pacientes. Al respecto, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud ya ha dado noticia de los esquemas de vacunación.