Interacción con robots humanoides podría ser asombrosamente fluida
En muchas películas de ciencia ficción hemos visto a los humanos interactuar con los robots, a veces pacíficamente y otras veces enfrentándose. Pero, ¿qué piensan los científicos sobre el tema?
Metro World News
Hay muchas predicciones que dan por sentado que en el futuro viviremos con robots humanoides que caminarán por las calles con nosotros y algunos estudios que buscan saber cómo será su relación con los humanos.
Por ejemplo, el año pasado el CEO y propietario de la empresa tecnológica Pal Robotics, Francesco Ferro, dijo que los robots humanoides de servicio participarán en la vida cotidiana en la próxima década.
Además de los robots de servicio, se espera que también haya un crecimiento en la presencia de estas máquinas en el trabajo. Según el Boston Consulting Group, para 2025 los robots realizarán el 25% de todas las tareas laborales.
Y la presencia de más robots también podría poner en peligro muchos trabajos realizados por los humanos. Más de 120 millones de trabajadores en todo el mundo necesitarán reentrenamiento sólo en los próximos años debido al desplazamiento causado por la inteligencia artificial y los robots, según un estudio reciente del Instituto de Valores Empresariales de IBM.
Otros estudios también encontraron que hay desconfianza e incluso preocupación entre la gente por los robots. En una encuesta realizada por Pew Research en 2017, el 72% de los estadounidenses dijeron que estaban al menos algo preocupados por un mundo en el que las máquinas realizan muchas de las tareas tradicionalmente hechas por los humanos.
Y aunque hay algunas opiniones fatalistas sobre una mayor presencia de robots entre los humanos, un estudio de la Universidad de Tampere en Finlandia predice que la relación entre los humanos y los robots humanoides será sorprendentemente fluida.
Los investigadores de la Universidad de Tampere estudiaron las reacciones fisiológicas evocadas por el contacto visual con un robot social. En el estudio, los participantes estuvieron cara a cara con otra persona o con un robot humanoide. La persona y el robot miraban directamente al participante y hacían contacto visual o desviaban la mirada.
Al mismo tiempo, se midió la conductancia de la piel de los participantes, que refleja la actividad de los sistemas nerviosos autónomos, la actividad eléctrica del músculo de la mejilla que refleja las reacciones afectivas positivas, y la desaceleración del ritmo cardíaco, que indica la orientación de la atención.
Los resultados mostraron que todas las reacciones fisiológicas mencionadas eran más fuertes en el caso del contacto ocular en comparación con la mirada desviada cuando se compartía tanto con otra persona como con un robot humanoide. El contacto visual con el robot y otro humano centró la atención de los participantes, elevó su nivel de excitación y provocó una respuesta emocional positiva.
“El hecho de que el contacto visual con un robot produzca tales reacciones indica que, aunque sabemos que el robot es una máquina sin vida, lo tratamos instintivamente como si pudiera vernos. Como si tuviera una mente que nos mirara”, dice Jari Hietanen, profesor de Psicología de la Universidad de Tampere, Finlandia, y director del proyecto.