Tips para controlar el presupuesto familiar
Analiza y señala cuáles son los gastos, pagos e inversiones más importantes: alimentos, renta, servicios básicos (agua, luz, gas, telefonía y transporte), deudas, colegiaturas, seguros o vacaciones.
Habla con los integrantes de tu familia para conocer qué necesidades tienen y determinar cuáles son las más importantes (compra de libros, uniformes, zapatos o ropa) y los compromisos que tu pareja e hijos asumirán para gastar menos y generar ahorros. Negocia y pídeles que se ajusten al dinero disponible. No los consientas ni cedas a chantajes o berrinches.
Arma un presupuesto. Haz una lista de todos tus gastos; asigna una cantidad de dinero de acuerdo a su importancia y recorta o reduce lo innecesario: salidas a comer, boletos del cine, refresco, golosinas. Para facilitar esta tarea, en un cuaderno u hoja de la computadora arma tres columnas: en la primera anota los gastos básicos (despensa, hipoteca, deudas y servicios); en la siguiente, integra los no prioritarios, pero que debes atender en las próximas semanas (ropa, calzado, renovación de contratos o cuentas que están próximas a vencer); y en la tercera, escribe todo lo que puedes cancelar o reducir al máximo (gasolina, telefonía celular, compra de revistas, videojuegos, garnachas, refrescos, conciertos y restaurantes).
Bájale al recibo del ahua luz gas, telefonía e Internet. Pide a tu familia que apague las luces, desconecte los aparatos electrónicos cuando no los usa; que se bañe en cinco minutos, ocupe menos agua al lavarse la cara, los dientes, los trastes o la ropa. Aunque no lo creas, esto te permitirá reducir entre 15 y 30% del gasto familiar.
Evita el desperdicio de alimentos. En México, hasta 30% de estos artículos se echa a perder o termina en la basura porque los hogares compran de más, hacen la lista del súper sin revisar qué falta en la alacena o por cumplir caprichos de los integrantes más pequeños de la familia. Para evitarlo, lo primero que debes hacer es ver qué productos necesitas, anotarlos, calcular la cantidad necesaria y, al acudir a la tienda o establecimiento de tu preferencia, comparar precios, calidad, presentación y fecha de caducidad.
Inculca a tus hijos el hábito de ahorrar. Desde los cuatro años, ellos deben saber para qué sirve el dinero, las alcancías y las cuentas bancarias; ayúdalos a guardar una parte de su domingo y a fijar metas. Platica con ellos y pídeles que reserven, al menos, 10% de sus ingresos para las cosas o servicios que más desean.