La belleza no debe doler, esta es la otra cara de las mascarillas de carbón
Luego de que el uso de las mascarillas de carbón se viralizara, hablamos con un especialista sobre este tema
A través de redes sociales hemos visto decenas de videos de mujeres quitándose, con mucho dolor, una mascarilla negra que se popularizó y se convirtió en una tendencia de belleza. Lo que no muestran esos videos son los resultados poco favorables que estas mascarillas pueden tener en la piel.
En entrevista para nuevamujer. la doctora Alaíde Peña Corona Villanueva, especialista en dermatología clínica y cosmética e integrante de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD), habló sobre los riesgos que conlleva el uso de este tipo de mascarillas.
Las mascarillas negras se han popularizado porque prometen terminar con los puntos negros, conocidos dermatológicamente como comedones, pero la realidad es otra. Aunque en apariencia eliminan el problema, se trata de una solución muy dolorosa, temporal y que la piel puede resentir.
Los puntos negros o espinillas son molestas y poco estéticas, pero, de acuerdo con la especialista, tiene una función: “Estos puntos negros son sebo producido por las glándulas sebáceas, que sirve para lubricar y proteger la superficie de la piel. Si usamos productos que remueven esa grasa podemos llegar a lesionar la piel, porque esa grasa tiene una función específica”.
De acuerdo con la doctora Alaíde Peña, “las mascarillas exfolian la piel retirando la capa más superficial que es la capa córnea, que funciona como barrera. Aunque en redes sociales venden a este tipo de productos como una alternativa para la eliminación de puntos negros, no son selectivos, es decir, no eliminan sólo los puntos negros sino que retiran todo lo que hay en esta capa incluidas células de la capa córnea. Sin embargo, el poro, que es lo que la gente busca limpiar, seguirá teniendo presencia de grasa porque es parte de un folículo piloso”.
Aunque parezca una solución a corto plazo, las mascarillas retiran el sebo y las células de la piel, al final, el folículo piloso sigue llenándose se sebo y keratina, ésta última es la encargada de darle el color café y amarillento cuando se oxida, así que no bastará con una mascarilla para limpiar el acné y los puntos negros.
Los efectos negativos
Las consecuencias de usar mascarillas de carbón muy abrasivas o que no están aprobadas por las autoridades sanitarias pertinentes, pueden ser muy graves.
Así lo relata la especialista: “En consulta hemos visto casos de uso de mascarillas comerciales y hechas en casa a base de tutoriales en las que hay dolor al retirarse, hay quemaduras de primer grado, inflamación e irritación. Una mascarilla no debe de doler. Cuando usas mascarillas para ciertas patologías puede haber picor leve, pero si hay un dolor intenso eso es síntoma de que se está alterando la superficie. En ciertos casos se arrancan una capa de la piel.
En la experiencia de Peña, “este tipo de productos que
son muy agresivos e irritantes puede terminan en enfermedades como dermatitis del tipo irritativo, es decir, que la piel se puede tornar roja, escamosa e incluso, con erosiones o quemaduras
de primer y segundo grado superficial. En pieles con alteraciones de la piel como rosácea, donde hay una piel que se tiende a poner roja, a el problema empeora haciendo que se requieran más tratamientos dermatológicos”.
La automedicación es un problema común cuando hablamos de padecimientos dermatológicos, por eso los expertos recomiendan acudir con un dermatólogo, pues sólo él es la persona indicada para decir qué tipo de tratamiento seguir de acuerdo con el tipo de piel del paciente. “Las mascarillas no van a acabar con el problema de raíz. Si la piel está produciendo un exceso de sebo, se ven los poros dilatados y llenos de grasa, no van a resolver el problema de raíz con una simple mascarilla, hay muchos medicamentos que se pueden utilizar como cremas no agresivas y otros tratamientos más especializados”, sentenció la doctora Peña.