Maternidad idealizada: mujeres que se arrepienten de haber tenido hijos
La maternidad es un tema rodeado de muchos tabúes y prejuicios; mientras unas pasan toda una vida soñando con ese momento, otras al convertirse en madres, se dan cuenta que no era lo que esperaban
nuevamujer.com Casi desde que nacen, las mujeres son vigiladas y juzgadas por sus comportamientos y decisiones. La sociedad las presiona sobre lo que deben ser, lo que se espera de ellas y lo que realmente ellas desean.
En lo que se refiere a la maternidad, las mujeres han cambiado su manera de pensar, pero justo cuando la sociedad aún está tratando de entender el movimiento de las NoMo ( No Mothers, aquellas mujeres que no desean ser madres), aparece otro grupo que pocas veces es tomado en cuenta, pero igualmente es juzgado: las madres que se arrepienten de serlo.
Para ahondar en el tema, conversamos con la doctora Selene Beltrán, psicoterapeuta especializada de la Sociedad de Psicoanálisis y Psicoterapia de México, quien habló para
nuevamujer.com sobre lo que lleva a las mujeres a experimentar un sentimiento de arrepentimiento con respecto a la maternidad.
El arrepentimiento no está relacionado con no amar a los hijos o no querer hacerse cargo de ellos, más bien se trata de: “un deseo profundo de revertir una decisión, es decir, que si pudiesen retroceder el tiempo, habrían preferido no embarazarse”, refiere la experta.
Las razones pueden ser infinitas, desde cuestiones de edad, económicas, hasta los casos de violación, donde la mujer resulta embarazada, pero el aborto no es una opción.
“A muchas les pesa el hecho de que alguien dependa de ellas para toda la vida, por eso surge la idea de que el ser mujeres no implica tener que disfrutar de ser mamá”.
Sentimientos encontrados
Pero el problema está en que la maternidad es entendida como una especie de conexión entre la mujer, la familia y la sociedad. Una “prueba de fuego” para no quedarte fuera y, de no haber ese instinto, necesidad o deseo maternal, la mujer es juzgada duramente.
“En toda mujer que se convierte en mamá hay un sentimiento de ambivalencia, de querer y no querer al mismo tiempo, aunque predomina el rechazo al bebé.
Esto puede ocurrir en cualquier momento: desde que se entera de que está embarazada y lo rechaza, durante el embarazo o incluso cuando el bebé nace o va creciendo”, explica Beltrán.
En muchas mujeres se presenta la depresión post parto, donde las hormonas provocan un trastorno en el estado de ánimo después de dar a luz. La ansiedad, la tristeza y el cansancio extremos se hacen presentes, provocando que, en muchas ocasiones, la madre vea al bebé como una carga e incluso puede sentirse arrepentida aunque no deja de sentirse feliz por haberse convertido en madre.
“No todas las mujeres pasan por esto; tiene que ver mucho su historial clínico, es decir, si tienen antecedentes depresivos. Si se llega a tener, la mujer se tiene que atender con profesionales para que no se prolongue y no sea algo que pueda afectar la relación con su bebé”, refiere Beltrán.
Selene Beltrán, psicoterapeuta.
Pero a diferencia de las que atraviesan por la depresión postparto, en la mujeres que se arrepienten de ser madres prevalece la sensación o la idea de que han cometido un error y que la maternidad no es para ellas.
De acuerdo con la doctora Beltrán, un factor importante que influye en este tipo de pensamiento es el emocional y el social: “hay mujeres que se plantean la posibilidad de ser madres pero puede que su contexto social no sea un apoyo, ya sea porque hay un rechazo por parte de la familia, porque no tiene una pareja o por su situación económica. Esto la hace entrar en una situación crítica que despierta un rechazo al embarazo o al bebé”.
El momento en el que se tiene al bebé es determinante, de acuerdo con la especialista, ya que no es lo mismo cuando se tiene al segundo hijo, porque en teoría hay mayor experiencia, una economía más sólida y una relación más estable.
Desde luego, también puede ocurrir todo lo contrario y existir arrepentimiento en torno a tener un segundo o tercer hijo, además de la carga del primero y la angustia del entorno. Estos factores pueden desencadenar la posibilidad de depresión o sentimientos de rechazo.
El tema de la maternidad sigue siendo idealizado y hay un rechazo por hablar o dar voz a aquellas que no quieren ser madres o que tienen otras prioridades antes de formar una familia con hijos.
La sociedad impone la imagen de una mujer que debe entregarse en cuerpo y alma a los hijos. Aquella que no lo hace es catalogada como malvada, egoísta e incluso promiscua.
Finalmente, Beltrán, apunta: “es un mal social. Se trata de ideas que están muy arraigadas en nuestra cultura y que cuesta trabajo cambiar. Incluso entre el mismo género, hay mujeres que piensan que deben ser madres para realizarse”.
Lo más importante es que la mujer tenga claro los motivos que la hacen mostrar arrepentimiento hacia la maternidad: “hay que diferenciar entre un trastorno mental y una depresión postparto”.
Hay mujeres que no pueden con toda la responsabilidad que implica ser madres y pueden reaccionar de diferentes formas. La familia tiene que ser un soporte donde la mujer pueda expresar lo que está sintiendo.
Acudir a un psicólogo o a un especialista en salud mental es básico para guiar a la mujer y darle el tratamiento adecuado.
El prejuicio que una mujer no pueda decir lo que siente está latente todos los días.
El embarazo no sólo son cosas bonitas, también hay miedos y frustraciones y aún cuando muchas relaciones entre madres e hijos son estrechas e inquebrantables, no hay que perder de vista ese lado B de la maternidad que mantiene a muchas mujeres condenadas y bajo la sombra del arrepentimiento.
“A muchas mujeres les pesa que alguien dependa de ellas para toda la vida, por eso surge la idea de que el ser mujeres no implica disfrutar de ser mamá”.