RESEÑA SOBRE EL DESASTRE DEL PRIAN
Proveniente de una familia de ideas avanzadas, izquierdista de nacimiento y por convicción, a sus cincuenta años cumplidos Martí Batres Guadarrama publica un ensayo agudo, elaborado con datos precisos y en el análisis conceptual de la realidad.
Dirigente estudiantil, legislador local y federal, funcionario en los primeros gobiernos democráticos de la capital, fundador de varios de los partidos políticos que abrieron cauces renovadores al país, Batres ratifica que la interpretación del mundo debe estar al servicio de su transformación.
Equilibrado, en la antítesis de la estridencia y de la propaganda, en El desastre del PRIAN. Hacia la superación de la falsa alternancia (Grijalbo. México: 2017), el presidente del Consejo Estatal de Morena en la Ciudad de México recuerda que el modelo neoliberal arribó a México en 1982, al tomar posesión de la Presidencia Miguel de la Madrid Hurtado.
Comienza entonces, nos dice en el apartado “Las reformas estructurales del PRIAN”, el proceso de desmantelamiento del modelo económico y social nacionalista y se aplica un programa económico y social conservador, muy parecido al enarbolado por el panismo en 1939.
De tal modo, dos corrientes políticas hasta entonces antagónicas: PRI y Acción Nacional, encuentran en el neoliberalismo la razón para fusionarse.
Esquematizando, advierte Batres, puede decirse que el PAN era una oposición democrática contra el régimen autoritario y conservadora contra la política nacionalista y popular del mismo. Era una oposición institucionalizada pero crítica. Leal, pero verdadera.
Entretanto, en el cardenismo cobra sentido la frase: “La Revolución se hizo gobierno”, evoca Batres, para enseguida demostrar que nada despreciables fueron los resultados conseguidos por los gobiernos del PRI hasta 1982:
“El nuevo proyecto nacional va a encontrar su momento de mayor esplendor en el cardenismo, entre 1934 y 1940, cuando se cumple el programa de la Revolución y se sientan las bases materiales de un modelo de desarrollo nacionalista que se prolongará hasta 1981”.
Baste señalar, al respecto, que en esa etapa “se crea un sector público de la economía. Se expropia el petróleo y se nacionalizan los ferrocarriles. Se constituye la CFE. Se reparten casi 20 millones de hectáreas a un millón de familias campesinas”.
De tal forma, se gesta un mercado interno que de 1934 a 1981 posibilitó un crecimiento promedio anual de la economía mayor de 6 %. Y que de 1970 a 1981 llegó a 6.9%.
Sin embargo, el PRI no construyó un paraíso. No para la mayoría de mexicanos:
“El crecimiento de la economía fue muy superior a la distribución del ingreso. Y no erradicó la pobreza. (…) De cualquier forma, hubo logros, avances sociales, que empezaron a desvanecerse cuando el modelo nacionalista fue desechado en 1982”, subraya nuestro autor en el capítulo “El nacionalismo autoritario del PRI”.
En cambio, indica, el crecimiento promedio durante la era neoliberal, de 1982 a 2016, ha sido menor de 2%.
La bibliografía que sirve como base al ensayo de Batres es extensa. Parte de datos elaborados por organismos especializados, como el Inegi, del análisis de reconocidos investigadores, de estudios de la UNAM y otras instituciones de educación superior, sin olvidar la reflexión históricoliteraria. Los devastadores efectos del modelo neoliberal sobre la población como resultado de la mezcla PRI-Acción Nacional son resumidos por Martí Batres en el apartado “PRIAN: las cifras del desastre”. Que por atroz, asombra. Por ejemplo, en México:
-- Sólo 19. 3% de la población puede considerarse no pobre. En 2010 había 10 millones más de pobres que en 2006. 40% de los estudiantes de nivel medio superior vive en la pobreza. En 30 años, los suicidios aumentaron 400%, sobre todo entre los jóvenes. Se exportaba maíz, ahora se importa.
-- Más de 60% de mujeres ha sufrido un acto de violencia. En 2008, más de 12 millones de personas fueron víctimas de la delincuencia. El narcotráfico es la quinta opción más importante de empleo…
El dirigente de Morena demuestra así, que no existe una sola área de la actividad humana que la simbiosis PRI-PAN no haya afectado de manera devastadora.
A lo largo del volumen certifica que el PRI asume por completo las políticas económicas del PAN. Y que la permuta política entre ambos partidos representa una falsa alternancia, pues en la medida en que uno de los dos se agota, el otro entra en su relevo.
A manera de corolario, Batres advierte que no obstante que el modelo nacionalista tuvo mejores resultados que el neoliberal, no es posible, ni deseable, regresar al pasado.
“Por eso”, agrega, “hablamos de generar un nuevo modelo de desarrollo, un modelo para el bienestar social, el crecimiento económico y el florecimiento humano. En el que la equidad social se fundamente en una economía fuerte y se acompañe de la democracia y la libertad”.