¿QUÉ POSTURA TENDRÁ QUE TOMAR MÉXICO EN LA SIGUIENTE RENEGOCIACIÓN DEL TLCAN, QUE SE REALIZARÁ EN NUESTRO PAÍS?
E l Tratado de Libre Comercio de América del Norte cambió el comercio exterior de México, pues permitió impulsar la economía mexicana al crear el área de libre comercio más grande del mundo con 482 millones de habitantes, aglutinando el 28% del Producto Interno Bruto mundial y con operaciones que representan el 16% del comercio global.
Para México, el comercio con Estados Unidos y Canadá es importante; según datos de la Secretaría de Economía, las exportaciones mexicanas en esos dos países se incrementaron más de 700% pasando de 44 mmdd en 1993 a 313 mmdd en 2016. Por otro lado, las importaciones estadounidenses y canadienses se incrementaron un 400%, pasando de 46 mmdd a 189 mmdd.
Por si fuera poco, la integración de América del Norte no se ha enfocado únicamente en importaciones y exportaciones, sino que ha avanzado al punto de producir en conjunto, creando cadenas de valor que hoy resultan indispensables para la competitividad de Canadá, Estados Unidos y México, particularmente en los sectores de manufactura y agroalimentario que permiten a los tres países competir con otras regiones del mundo.
Es importante señalar que el proceso que vive la región norteamericana no es una “renegociación” en sentido estricto, sino más bien una “modernización” de un tratado de libre comercio que ha sido exitoso y benéfico para los tres Estados parte. Es decir, actualizar y profundizar las relaciones comerciales de México con América del Norte y otras regiones del mundo, implica un ejercicio de llevar a la mesa de negociación aspectos que no fueron incluidos en el texto inicial y que con el paso del tiempo y por la dinámica comercial global, es importante incluir. Un ejemplo de ello es que en 1993 cuando fue negociado el TLCAN, no se incluyeron aspectos tan importantes en la actualidad como las telecomunicaciones y el sector energético.
En ese sentido, debemos recordar que nuestro país ha iniciado procesos de modernización de tratados de este tipo con la Unión Europea y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés) que incluye a Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, los cuales están vigentes desde hace quince años.
La idea de la modernización de tratados de libre comercio es mejorar las condiciones para los tres países, por lo que no tiene ningún sentido poner impuestos al comercio dentro de la modernización. Según el Presidente de Estados Unidos, su prioridad es reducir el déficit comercial entre México y su país, sin embargo, eso es algo que una negociación comercial no puede hacer. M éxico debe continuar con una posición de firmeza y determinación ante Estados Unidos y Canadá para concretar las prioridades de los mexicanos: mantener el libre comercio; no aceptar la imposición unilateral de aranceles ni impuestos fronterizos; profundizar en la integración económica de América del Norte; conseguir que los beneficios del libre comercio se democraticen.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha sido un parteaguas en la relación de nuestro país con Estados Unidos y Canadá. Se trata de un instrumento que ha aportado certidumbre y oportunidades para productores y consumidores; empresarios, profesionistas, académicos, turistas, inversionistas.
Ese instrumento ha sido además un referente para las negociaciones comerciales internacionales.
El TLCAN logró crear un mercado regional de 470 millones de consumidores; los tres países implicados representan un tercio de la producción mundial generando 11 billones de dólares anuales.
Para nuestro país, ese instrumento generó una plataforma para la expansión de empresas mexicanas no sólo en la región, también en el mundo. Nuestra naturaleza exportadora también se ha transformado. Antes del TLCAN de México se hablaba por ser un productor de materias primas. A partir del TLCAN a nuestro país se le identifica por el valor agregado y calidad con la que elaboramos pantallas de televisión, automóviles, productos electrónicos.
Además nos hemos convertido en el principal proveedor de productos agrícolas en Estados Unidos conquistando 19.9% de participación en ese mercado, superando a Canadá con 19% y a la Unión Europea con 18%.
Estas razones forman parte del interés nacional que debe defenderse con inteligencia y actitud constructiva durante la negociación.
México y Canadá han empatado sus posiciones y prioridades en la negociación y esto es una buena noticia.
Derivado del acompañamiento que un grupo de Senadores realizamos en la primera ronda de negociación, pudimos constatar que amplios sectores productivos y empresariales de Estados Unidos también desean continuar con el tratado trilateral de libre comercio.
Los nuevos temas a introducir como el medio ambiente, laboral, transparencia y anticorrupción; comercio digital, energía y telecomunicaciones permitirán a los tres países lograr mayor competitividad frente al mundo.
El diálogo entorno a las reglas de origen y el contenido regional será largo y complejo, pero confiamos en que se alcanzarán acuerdos convenientes.