La Ciudad de México grita “otra vez no”
El pánico conmocionó una vez más a miles de ciudadanos, que sufrieron los estragos de un nuevo sismo a 32 años del terremoto de 1985
“¡Otra vez no!”, fue el grito que se escuchó en casas, oficinas y calles de la Ciudad de México tan sólo dos horas después del macro-simulacro por la conmemoración del sismo de 1985.
Un nuevo terremoto de 7.1 grados Richter hizo recordar este martes 19 de septiembre 2017, ese pánico de hace 32 años.
El movimiento telúrico tomó por sorpresa a los capitalinos, quienes salieron corriendo de oficinas, casas, departamentos, centros de trabajo y escuelas públicas ante la magnitud del sismo.
Al filo de las 13:14 horas, diversas bardas, edificios y fachadas de viviendas se fracturaron en varias partes de la capital del país; niños y adultos quedaron atrapados en algunos lugares.
La pesadilla se volvía a repetir, cientos de estructuras se derrumbaron ante la fuerza del sismo de 7.1 grados, donde la conmoción fue inmediata: lo mínimo fueron crisis nerviosas y gente orando en silencio o voz alta.
Vecinos de las colonias Guerrero, Obrera, Centro Histórico y la Morelos se refugiaron donde pudieron: debajo de árboles, puentes y banquetas, mientras que otros evitaron los edificios y se apilaron en avenidas principales.
Durante más de un minuto, el sismo hizo tambalear a decenas de edificaciones, donde el pánico se apoderó de la mayoría de la pobla- ción que se repartía abrazos y palabras que llevaran a la calma. “Tranquilos, tranquilos, ya pasará pronto”, se escuchó por todos lados.
La alarma sísmica sonó 10 segundos después del comienzo del movimiento, lo que evitó que decenas de trabajadores y residentes abandonaran el lugar donde se encontraban.
Varias casas de la Guerrero —una de las zonas con más estragos del terremoto de 1985— colapsaron, y decenas más sufrieron severos daños.
“¡Otra vez no!, por favor ayuden a las personas que se encuentran atrapadas”, gritaron vecinos de la colonia Guerrero tras el polvo que se levantó de varias estructuras que se vinieron abajo.
Otros acudieron de inmediato a retirar escombros; vecinos, trabajadores, oficinistas y hasta policías, todos sumaron esfuerzos y se concentraron en rescatar a los sobrevivientes. Hasta el cierre de esta edición, las manos de ciudadanos seguían sumándose para retirar retazos de viviendas y escuelas derrumbadas.
El retrato
Vecinos calificaron este sismo como una fiel copia de lo que sucedió hace 32 años. Y es que decenas de capitalinos se apilaron en las calles y principales avenidas para ayudar a quienes se quedaron atrapados como en aquel entonces.
En las televisiones se escucharon reportes de que niños de apenas seis años, atrapados en una escuela al sur de la ciudad, daban señales de vida a través de mensajes de WhatsApp.
Avenidas como Paseo de la Reforma, Insurgentes Sur y Juárez se tapizaron de voluntarios que, ante la falta de transporte público, se desplazaron a pie por varios kilómetros para ayudar a los labores de rescate en los edificios derrumbados, mientras que otros intentaron llegar a sus domicilios.