Sanar en medio del desastre JAMES LAPKOFF
Hablamos con un experto del Sistema Médico de Desastres de los Estados Unidos, rama del gobierno federal encargada de brindar servicios de salud cuando ocurren emergencias a nivel nacional, como el paso del huracán María por Puerto Rico, Harvey en Texas e
Aún en medio de la devastación que vive Puerto Rico luego del paso del huracán María, su temple es sosegado. La isla es escenario de una crisis humanitaria, lo sabe, pero no es nada que no haya visto antes. James Lapkoff, un experimentado médico de Carolina del Norte, es parte del equipo del Sistema Médico de Desastres, entidad especializada en ofrecer servicios de salud cuando ocurre una emergencia nacional.
Hace unas semanas, contó en entrevista con Publimetro, estuvo destacado en Texas ayudando a las víctimas del huracán Harvey. Hoy, como si fuera un déjà vu, se halla salvando vidas en la isla junto a un equipo holístico de profesionales que incluye a terapistas respiratorios, enfermeras, médicos, expertos en tecnología, comunicación y logística.
A diferencia de las amenazas a la salud que ha atendido antes, describió a Puerto Rico como “un reto”, sobre todo por su posición geográfica. Y es que, al ser un archipiélago, suplir suministros es un dolor de cabeza para la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés), acostumbrada a transitar por las carreteras de los estados. A esto se suma que sólo nueve hospitales del Estado Libre Asociado tienen electricidad. Otros 51 funcionan con diésel, producto que, por la falta de telecomunicaciones, vigilancia y vías de rodaje obstruidas, es difícil transportar.
¿Cuál es el trabajo del Sistema Médico de Desastres?
—Es una agencia que emplea a personas temporariamente para responder a los desastres. Ahora mismo tenemos a cerca de 10 equipos en el campo (Puerto Rico), cada uno tiene cerca de 40 personas. Típicamente lo que nosotros hacemos es que luego de llegar al área, trabajamos un examen preliminar de los hospitales afectados por el huracán y determinamos su capacidad para proveer cuidados continuos. Si está incapacitado para ofrecer servicios, por cualquiera que sea la situación, ayudamos al personal. También los relevamos para que regresen a sus hogares y cuiden de los suyos.
¿Cómo describe la situación de Puerto Rico luego del huracán María y qué ha visto durante su trabajo?
—Este desastre no tiene precedentes. El huracán devastó la isla. Pero debo decir que nunca he visto personas más resilientes, se están reponiendo de este momento tan difícil. Ahora bien, todavía hay demasiadas necesidades que reponer, sobre todo en el área de la salud. En general, la medicina de desastres sigue un patrón y lo hemos visto en Puerto Rico. Inicialmente lo que vemos luego del evento son lesiones de trauma: cortaduras, huesos rotos. Luego vemos complicaciones por enfermedades crónicas. Personas que, por alguna u otra razón, no pueden obtener sus medicamentos o recetas. Se quedan sin oxígeno, se les daña la insulina porque no la pueden refrigerar.
¿Cuál es el estado de los hospitales del país?
—La buena noticia es que el Centro Médico, el hospital más grande de Puerto Rico y que está en San Juan, está operando. Fue seriamente afectado por el huracán, inicialmente sólo tenía dos de sus 40 cuartos para operaciones.