ANÁLISIS
El área metropolitana de Guadalajara, con sus nueve municipios metropolitanos, destaca como referencia de buenas prácticas en gobernanza metropolitana en México y América Latina, así como área experimental para la estandarización del ordenamiento territorial y la planificación urbana a una escala metropolitana.
Sin embargo, el Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano (POTMet), publicado en junio de 2016, tiene que superar diversos retos urbanos para lograr una gestión integral y eficaz del territorio.
Desde una perspectiva municipal, las políticas públicas locales y sus instrumentos de planeación correspondientes contribuyen a fomentar las desigualdades y diferencias sociales entre áreas urbanas y no la interpretación de la ciudad como espacio común y de interés colectivo. La carencia de conocimientos e instrumentos de planeación desactualizados fomentan los procesos de segregación socio- espacial y la fragmentación irreversible del territorio.
En Guadalajara existe la ciudad segregada y fragmentada (ver cartografía). Como una representación de dicho fenómeno, se da referencia a los procesos de auto segregación, la ciudad cerrada, y a la expulsión de la ciudad marginada. Existe un déficit en materia de políticas públicas a nivel municipal y metropolitano, por lo tanto, el Plan de Ordenamiento Territorial Metropolitano debería incorporar dicha realidad en una estrategia transversal para lograr una gestión eficaz del territorio.