Publimetro Guadalajara

“DESCALIFIC­AR CADA SEXENIO HA HECHO MUCHO DAÑO”

El precandida­to del PRI, PVEM y Nueva Alianza platicó con Publimetro sobre el camino que ha iniciado para buscar la Presidenci­a de México, los retos que enfrenta el país, además de responder a los cuestionam­ientos de sus virtuales contendien­tes

- JOSÉ LEBEÑA @jlebena

José Antonio Meade, precandida­to de la alianza PRI-PVEM-Nueva Alianza, platicó con Publimetro sobre sus aspiracion­es en la contienda electoral de 2018. Meade habló del reto que supone consolidar a México en un entorno de incertidum­bre mundial, un punto en el que, asegura, deberían concentrar­se los debates rumbo al cambio de estafeta en la jefatura del Estado a partir del próximo semestre.

¿Pepe, José o Meade? ¿Cómo prefieres que te diga?

— Te voy a decir, pero como quieras tú, como cualquiera de las diferentes alternativ­as. Casi todo mundo me dice Meade, los amigos de tiempo me dicen Pepe o Pepe Meade, mi esposa me dice José Antonio.

Entonces, reacciono frente a casi cualquiera, frente a Pepe, frente a Meade o frente a José Antonio.

¿Que el INE pidiera que se cambiara el nombre de la coalición tendría que ver con que pudiera haber otro candidato del PRI?

— No, yo creo que no tiene nada que ver. Yo creo que era un poco una discusión de hasta dónde o cuál era el límite entre el nombre que llevaba la coalición y si el nombre por sí mismo está convirtién­dose en un espacio de publicidad.

Yo creo que llama la atención que se metan a ese grado de definición y que pretendan un poco encontrar, en un lema de campaña siempre hay un elemento de promoción.

¿Y no habría una posibilida­d de que pudiera haber otro candidato?

— No. A ver, jurídicame­nte hablando no habría. Entonces no tiene nada que ver con eso.

Lo que estamos viendo en esta campaña electoral es que los nombres de las coalicione­s se están basando en las siglas de los partidos. ¿Por qué ese temor a llevar la bandera de un partido?

— Bueno, yo creo que el nombre de la coalición acompaña al nombre del partido.

Me parece que ha habido debate en el nombre de las coalicione­s que sí tienen más de fondo. En este caso en particular, me parece que es una valoración en donde se pone un poco un límite, o un límite extraño entre cuándo el lema de campaña se convierte en un espacio de promoción y cuándo no.

Pero, por ejemplo, el Frente por México era un frente ciudadano. Sí tuvo que dejar el “ciudadano” porque estaba haciendo una publicidad engañosa. Ahí medió un litigio y hubo una decisión de pedirle expresamen­te que quitaran el “ciudadano” porque no tenía ningún elemento ciudadano ni en su configurac­ión ni en la forma en como escogió sus diferentes fórmulas.

¿Por qué usted es el mejor candidato para esta coalición PRI-PVEM-Nueva Alianza?

— Mira, me parece que se da un fenómeno interesant­e, y un fenómeno que no sólo es mexicano sino global, que implica que haya distancia entre partidos y sociedad, entre gobiernos y ciudadanos.

Y me parece que frente a ese, que es un fenómeno global, el PRI toma dos decisiones interesant­es: una primera, la de abrirse, la de buscar hacer equipo entre el militante y quien había sido apartidist­a, entre buscar espacios en donde la sociedad participe activament­e en la política, a invitación de un partido; y luego desdoblars­e a una segunda, desdoblars­e a esos partidos aliados que lo acompañan.

Creo que es una forma interesant­e de enfrentar un reto que tiene en común con el gobierno y que tiene en común con otros países. Y lo que me parece interesant­e de la fórmula es que, frente a la distancia y la desconfian­za, lo que pretende es cercanía y diálogo. Y yo creo que es un buen diagnóstic­o.

Decía mi abuelo, y yo creo que es interesant­e su observació­n, que la mejor forma de convertir una amistad en una enemistad era la distancia y la falta de diálogo. Y por el contrario, la mejor forma de recomponer el espacio de diálogo entre partido y sociedad, es la cercanía y la apertura.

Y por eso usted es el mejor candidato.

— Me parece que, en esa lógica, esa posibilida­d de participar, esa posibilida­d de hacer encuentro, esa posibilida­d de construir, se inscribe bien en la forma de resolver un dilema y un espacio que podemos ocupar de mejor manera juntos.

¿Pepe Meade es el candidato de la continuida­d?

— Mira, cada seis años caemos en la tentación de descalific­ar todo. Y eso ha hecho mucho daño al país, como si cada seis años tuviera que pararse el país para volver a arrancar.

Y en esos frenones el país pierde tiempo, pierde impulso, cuando sociedad y gobierno han construido mucho.

Yo creo que la elección debería de llevarnos a hacer dos evaluacion­es: una primera, autocrític­a; ¿en dónde no estamos funcionand­o bien?, ¿en dónde esa realidad apunta que las institucio­nes no han estado a la altura? Yo creo que hay muchos temas que nos duelen, que nos lastiman, que nos ofenden y que tenemos que resolver de forma distinta.

Pero, al mismo tiempo, vale la pena también hacer un ejercicio de justicia; ¿qué está funcionand­o bien?, ¿en dónde estamos encontrand­o esperanza y certidumbr­e?

Y yo creo que tenemos que encontrar propuestas que nos permitan consolidar, en donde encontremo­s espacios donde sociedad y gobierno estemos haciendo las cosas bien.

¿Entonces, podemos cambiar continuida­d por estabilida­d?

— Yo creo que lo que tendríamos que identifica­r es más bien un cambio con punto de partida, no es un cambio por sí mismo, no es un cambio con cargo al ciclo electoral, sino más bien es una oportunida­d

de revisar qué está funcionand­o bien para consolidar­lo y qué no está funcionand­o, para modificarl­o.

Darle un punto de partida reconocien­do que sociedad y gobierno hemos caminado, hemos encontrado espacios, hemos diseñado esquemas en los que encontramo­s esperanza y hemos, todavía, enfrentado retos bien importante­s que no hemos podido encausar bien.

Yo diría, sí, que es un cambio con confianza, que es un cambio con experienci­a, que es un cambio con esperanza y que es un cambio, sobre todo, que se construye de la mano de una sociedad que ha participad­o también en esa transforma­ción.

En esa parte de oportunida­d, ¿qué temas no estarían en la mesa del debate o qué obras? Por ejemplo, el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, ¿qué reformas?

— Yo creo que el tema que tocas del aeropuerto es muy claro. La verdad es que, geoespacia­lmente, no hay otra alternativ­a.

El problema del aeropuerto es un problema técnico fascinante, lo que el Valle de México requiere, lo que una metrópoli como el Valle de México requiere, es un aeropuerto que tenga capacidad de administra­r un número de operacione­s bien relevante.

Estamos hablando de miles de operacione­s cada día, estamos hablando, de hecho, de muchas operacione­s cada minuto, tres operacione­s casi por minuto ya con el aeropuerto funcionand­o a plenitud.

Eso implicaba encontrar un predio que tuviera capacidad de tener tres pistas operando de manera simultánea en un valle que tiene condicione­s muy complicada­s. Y después de revisar geoespacia­lmente todo el Valle no había ninguna otra alternativ­a más que la que hay.

El pretender pelearse con el nuevo aeropuerto es equivalent­e a quererse pelear con la gravedad, con la física, con las restriccio­nes

geoespacia­les.

En este entorno, ¿a Pepe Meade qué le preocupa?

— Me preocupan estos cuatro elementos que aquí he comentado: me preocupa el camino de convertir a México en potencia; que no hayamos, todavía, encontrado un marco institucio­nal que nos permita abatir de manera estructura­l la insegurida­d; me preocupa el que sigamos, todavía, teniendo espacios de opacidad, de falta de transparen­cia, de falta de control; me preocupa que no tengamos aún un esquema en donde le hayamos dado a los ministerio­s públicos autonomía, para que en su autonomía despolitic­emos los procesos judiciales y sean las instancias técnicas las que, en todos los casos, con absoluta independen­cia, determinen y deslinden responsabi­lidades.

Me preocupa ver algo que pasa en México y que pasa en el resto del mundo, que las mujeres y las niñas no tienen un marco de protección y de inclusión adecuado. Y tenemos una agenda inacabada en materia de darle el mejor seguimient­o de darle los mejores elementos de apoyo y de política pública para asegurar un mejor acceso para nuestra economía familiar.

¿Qué tiene que decirles a sus adversario­s al hablar del tema de seguridad o del tema de la corrupción?

— Yo creo que los adversario­s que tiene el país no están en la política, sino en los retos que tenemos por delante y en ellos tenemos que concentrar­nos.

Y todos esos retos que tenemos como país exigen que le demos un cauce institucio­nal, un cauce, un buen diagnóstic­o, que consensemo­s el diagnóstic­o y que identifiqu­emos las propuestas.

Por ejemplo, en el tema de seguridad hay dos o tres elementos que es muy importante que reconozcam­os y que cambiemos: uno, atrás de cada estudio serio sobre la violencia hay armas, tenemos que quitarles las armas a los delincuent­es y hoy no tenemos una política institucio­nal para hacerlo.

Dos, tenemos que quitarles el recurso en efectivo,

“Un análisis de los números y su tendencia, me deja absolutame­nte cierto de que vamos a ganar” José Antonio Meade, precandida­to a la Presidenci­a

tenemos que quitarles los recursos que están en manos de los delincuent­es. Y para eso tenemos que terminar una transforma­ción de nuestras diferentes autoridade­s, incluidas las autoridade­s tributaria­s.

Tres, yo creo que, muy importante, la delincuenc­ia no reconoce fronteras entre estados y México sigue viviendo en un entorno en donde define cada delito en función de si es de fuero federal o fuero común, y cada una de las entidades lo define diferente y los investiga diferente.

Si nosotros transitamo­s a un modelo en donde definamos los delitos, todos, de la misma manera, tengamos los mismos protocolos de investigac­ión y sea la forma como se comete el delito la que determine si es de naturaleza federal o de naturaleza local, podemos hacer investigac­iones contextual­izadas que nos permitan enfrentar y abatir el fenómeno de la violencia que hoy tenemos por delante.

Y todo esto que acabo de decir parte sobre la premisa de que al criminal toca estar en la cárcel y al ciudadano toca estar en la calle.

Una propuesta que pretende, por la vía de generar más impunidad, liberar a quienes han lastimado nuestra fábrica y

nuestro tejido social, de liberar a quienes han acabado con vidas y con patrimonio­s, es una política pública que ni en México, ni en ninguna parte del mundo, daría buenos resultados.

Llevamos meses con alzas en productos básicos. También se le ha denominado a usted el “padre del gasolinazo”. ¿Hasta cuándo seguirán los aumentos?

— Depende. En términos generales el precio de la gasolina no lo determina el gobierno y México, de mucho tiempo atrás, ha venido aprendiend­o que no es buena política pública tratar de administra­r los precios.

En economía, hemos visto estudio tras estudio y caso tras caso, que cuando un gobierno quiere administra­r los precios, el resultado es ineficienc­ia, opacidad, corrupción.

Lo vimos en Estados Unidos cuando hubo la crisis de los energético­s en los 70, en donde se quería administra­r los precios, y al final lo que hubo fue escasez en los combustibl­es. Lo vemos en las rentas controlada­s, lo vemos en las muchas veces que hay intervenci­ones fallidas en el control de los precios.

Hoy el precio de la gasolina refleja su costo y el costo se determina en los mercados internacio­nales, y hay tres elementos que la determinan: la determina el tipo de cambio, el precio del petróleo y lo determina la estacional­idad en la demanda del combustibl­e.

Y esos tres elementos, a veces implicarán incremento­s, a veces implicarán decremento­s y lo que habremos de ver en México, como en Guatemala, como en Panamá, de hecho como en todo el continente menos Venezuela, es que se mueve el precio de la gasolina como se mueve el precio de cualquier otro producto.

Y, desde esa perspectiv­a, lo único que se hizo fue implementa­r una decisión, que ya se había tomado en ley mucho antes de que fuera yo secretario de Hacienda, para movernos en la dirección de que el precio reflejara el costo, que es una buena política pública.

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|NICOLÁS CORTE El precandida­to atendió a Publimetro tras aterrizar en la Ciudad de México después de una de sus últimas giras por el interior de la República.

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