Padece la metrópoli por la falta de áreas verdes
La ZMG incumple con lo recomendado por organismos internacionales y, en promedio, hay tres metros cuadrados de áreas verdes por habitante, cuando lo sugerido son nueve
La ciudad de Guadalajara tiene un grave déficit de áreas verdes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda que por cada habitante existan nueve metros cuadrados de áreas verdes, sin embargo, en la metrópoli hay apenas tres metros cuadrados por persona.
El déficit de arbolados se concentra hacia el oriente y norte de Guadalajara, el Centro Histórico, la zona industrial y el municipio de San Pedro Tlaquepaque.
Incluso, Guadalajara es calificado como una de las más deficientes a nivel latinoamericano en materia de áreas verdes: el estudio Green
Cities de la empresa Siemens, elaborado en 2012, menciona que la urbe es la segunda peor evaluada entre 17 ciudades de América Latina en manejo de espacios verdes, incluso por debajo de Monterrey o la Ciudad de México.
“Urbanísticamente, la ciudad no se está planeando con áreas verdes; el arbolado se concentra en núcleos muy definidos y no es de acceso para todas las personas”, reconoció Juan Ruiz Rosales, ambientalista.
Destacó el especialista que no existen censos sobre la masa arbórea en la ciudad, ni sobre sus condiciones y, por ello, es difícil generar políticas públicas al respecto, “la ciudad se expande, pero no se demanda a los desarrolladores contar con un mínimo de áreas verdes, a pesar de que la ley lo marca. Es más, la misma autoridad entró a dinámicas de depredación de las áreas verdes, claramente para beneficiar intereses inmobiliarios”.
Según datos del Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG), en Guadalajara seis de cada 10 habitantes viven en zonas con escasas áreas verdes, mientras que en Tlaquepaque, 36% de la población habita en zonas con poca vegetación.
En el caso de Guadalajara, la vegetación se concentra hacia el poniente de la ciudad (Minerva), zonas de elevada plusvalía como Jardines del Country, Providencia, Colinas de San Javier, Chapalita o Ciudad del Sol, lo que implica que la disponibilidad de áreas verdes ha ido de la mano con el poder adquisitivo.
A decir de Juan Ruiz, los desarrolladores inmobiliarios devoran áreas naturales y más tarde buscan ser subsanadas con la creación de supuestas áreas verdes tapizadas de concreto “donde ni siquiera hay árboles y, mucho menos, espacio verde como tal”. Destacó que los municipios tienden a catalogar como área verde cualquier superficie destinada para plazoletas, áreas de jue- gos y espacios de esparcimiento sin considerar si cuentan con naturaleza. Además, se considera como áreas verdes espacios con desechos, maleza, agua estancada y plagas en árboles, cuando en realidad son focos de infección.