#POLITICA CONFIDENCIAL
Yasmín Esquivel Mossa, magistrada que preside el Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México, permite que en esa institución ocurran cosas que en teoría no deberían presentarse. Nos informan que desde hace años ha permitido que se abran plazas para el pago de favores o para que ex ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación e hijos de políticos tengan un sueldo, aún sin ir, prácticamente, a laborar. Tal es el caso del ministro en retiro Carlos de Silva Nava, quien falleció recientemente, y otros personajes.
Claudia Pavlovich Arellano, gobernadora de Sonora, causó una polémica por un simple like. Desde su cuenta de Twitter, que la maneja un equipo especializado en redes sociales, le dio “me gusta” a un comentario sobre el registro por el PRI de Emeterio Ochoa para precandidato a alcalde de Cajeme, segundo municipio en importancia del estado. La polémica se suscitó en minutos pues también aspira a ser candidato por el mismo partido Abel Murrieta, quien aprovechó para reclamar públicamente que la gobernadora ya había dado su respaldo por esa acción en la red social. Su equipo de comunicación salió a aclarar que fue un error técnico de quienes administran la cuenta.
Edgar Ulises Portillo, aspirante a una candidatura presidencial independiente, sumó más de 887 mil firmas de apoyo, lo que significa 102% de las requeridas; sin embargo, únicamente 26 mil se encuentran en la Lista Nominal, es decir, prácticamente 97% de las firmas presentadas ante el INE están en proceso de verificación, son duplicadas o tienen alguna inconsistencia. Aún así, este martes dará una conferencia para hablar de falsificación de firmas, ¿se desmarcará?