Márquez sueña con darle un título al Atlas, pero como directivo
Se despidió el futbolista, pero nació la leyenda. Rafael Márquez no volverá a pisar la cancha del Estadio Jalisco, al menos no como jugador activo. Se despidió el viernes pasado, en la victoria de 1-0 sobre Chivas, en el Clásico tapatío. Fue un marco pletórico para decirle adiós. Más sereno, el capitán rojinegro recordó los inicios de su carrera y lamentó no haber sido campeón con el Atlas en esta etapa, pero espera serlo más adelante, como directivo.
“Era un partido muy especial, un Clásico, así que conseguir la victoria era prioridad más que nada. El equipo se comportó a la altura, hizo las cosas bien y, desafortunadamente, llegó el buen momento al final de temporada. Estoy orgulloso del trabajo que se ha hecho. No se dio poder darle un título al Atlas y su afición, pero vienen retos importantes y ojalá en un futuro podamos darles esa satisfacción”, explicó.
Su carrera está a punto de terminar. Con Atlas, a Rafael Márquez sólo le queda por delante el partido ante Pachuca, en la fecha 17. Después de eso, estará en espera de saber si podrá ser convocado para
disputar su quinta Copa del Mundo, en Rusia 2018. Cerca del final, recordó sus inicios, pues conseguir todo el éxito que alcanzó no fue cosa sencilla.
“No es fácil la vida del futbolista: para llegar se tiene que sufrir. Se tienen que sacrificar muchas cosas, se tiene que alejar de la familia, hacerse responsable desde pequeño, pierdes tu adolescencia. Son muchas cosas que quizá no se ven dentro de la cancha, pero realmente sí cuesta mucho trabajo”, detalló.
“Recibí hace días un presente de unos amigos que me hicieron llegar una playera de la escuelita donde empecé a jugar. Se me enchinó la piel de recordar cómo empecé, de jugar en la tierra, levantarme a las siete, tener cicatrices en las piernas por barrerme en la tierra. Hoy en día agradezco a mi madre, a mi padre, que me hicieron lo que soy ahora”, concluyó.