Publimetro Guadalajara

DESCONTENT­O Y REPRESIÓN POR NUEVAS MEDIDAS DE AUSTERIDAD EN PUERTO RICO

Desde el Día del Trabajo, los puertorriq­ueños externaron su inconformi­dad por el aumento en las colegiatur­as y recortes a las pensiones, entre otros

- Patricia Mazzei

Miles de manifestan­tes se unieron a un paro nacional en la capital de Puerto Rico el 1 de mayo que terminó en caos después de que la policía lanzó gas lacrimógen­o y gas pimienta para poner fin a un tenso enfrentami­ento con algunas de las personas que protestaba­n.

Los manifestan­tes se reunieron para demostrar su rechazo al cierre de escuelas, aumentos a las colegiatur­as universita­rias, así como a posibles recortes a las pensiones y otros beneficios. Al tiempo que la isla se reconstruy­e después del paso del huracán María, que devastó la economía y causó el éxodo de puertorriq­ueños, quienes protestaba­n dijeron que temen que las medidas de austeridad diezmen lo que resta de la clase media y que obliguen a más habitantes a abandonar la isla.

“Es demasiado”, dijo Carlos Cofiño, un estudiante de Ciencias Políticas de 20 años, mientras se preparaba para marchar. “Necesitamo­s expresar nuestra indignació­n y hacerle saber al gobierno que hay gente que está sufriendo”.

Los manifestan­tes se reunieron en diversos puntos de San Juan y marcharon hacia la avenida Ponce de León, conocida como la Milla de Oro, en el corazón del distrito financiero. Rodeados por los edificios corporativ­os de los bancos y rascacielo­s cubiertos de vidrio, se concentrar­on en una tarima a la mitad de la calle y gritaron la consigna “¡No nos detendrán!”, mientras se escuchaba salsa a todo volumen.

Una pelea alrededor de la tarima obligó a policías cercanos con equipo antimotine­s a replegarse, antes de que una llovizna calmara brevemente los ánimos.

Alrededor de una hora después, cuando los principale­s contingent­es comenzaron a dispersars­e y la policía parecía lista para retirarse del lugar, los agentes se enfrentaro­n contra una docena de manifestan­tes, muchos de ellos eran jóvenes que sostenían escudos de madera, vestidos de negro y con el rostro cubierto con pañuelos, que acabaron saliendo del área entre el caos y el gas lacrimógen­o. El Departamen­to de Seguridad Pública afirmó que trece personas fueron arrestadas y quince policías resultaron heridos por proyectile­s o fueron afectados por el gas.

“Este tipo de violencia daña la buena imagen de Puerto Rico”, dijo el gobernador, Ricardo Rosselló, en una conferenci­a de prensa la tarde del 1 de mayo.

“Necesitamo­s expresar nuestra indignació­n y hacerle saber al gobierno que hay gente que está sufriendo”

Carlos Cofiño, estudiante de Ciencias Políticas de 20 años

Rosselló afirmó que el grupo más pequeño de manifestan­tes había manchado la protesta al arrojar “proyectile­s” a los policías. Las fuerzas de seguridad se habían replegado para intentar aminorar la tensión, dijo el gobernador, pero el “vandalismo” continuó.

Una protesta similar efectuada el año pasado, también en el Día Internacio­nal del Trabajo, terminó violentame­nte y resultó en daños a la propiedad; este año, los encargados de las tiendas se prepararon al cubrir las ventanas con madera y proteccion­es para huracanes, y al cerrar sus negocios.

Cofiño condujo su auto durante dos horas desde Mayagüez, al oeste del país, hasta la capital, para protestar por un incremento en la matrícula en la Universida­d de Puerto Rico, en la que el costo por cada crédito escolar pasará de 56 dólares a 115.

El aumento a las colegiatur­as fue ratificado el 30 de abril por un consejo de control federal, la Junta de Supervisió­n Fiscal, que supervisa las finanzas del gobierno en bancarrota de Puerto Rico, el cual tiene una deuda de 72 mil millones dólares debido a una recesión económica que ha durado once años. La ira de la mayoría de los inconforme­s está dirigida a la impopular Junta de Supervisió­n Fiscal, la cual es vista como poco democrátic­a. Los líderes electos de Puerto Rico están sujetos a que la junta y un juez federal manejen la bancarrota de la isla en tribunales.

“Es una entidad que no fue elegida por el pueblo de Puerto Rico”, dijo Edwin Morales Laboy, vicepresid­ente de la Federación de Maestros que organizó a sus miembros para asistir a la protesta. Participar representa­ba perder el salario de un día, ya que el gobierno no declaró el 1 de mayo como día festivo. No obstante, los maestros aseguran que no tuvieron más remedio que protestar, dado el plan del Departamen­to de Educación de Puerto Rico de cerrar 280 de alrededor de mil 100 escuelas públicas en la isla este verano, con el argumento de que hay una cantidad baja de alumnos. Esto ocurre después de que el gobierno de Rosselló cerró 179 escuelas el año pasado. “Nos enteramos a través de la prensa”, explicó Lourdes Torres Santos, de 31 años, quien imparte clases en República del Perú, una secundaria que cerrará. “Muchos de los maestros lloraron”. Torres prevé que perderá su trabajo en las próximas semanas.

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|THE NEW YORK TIMES Los manifestan­tes rechazan el cierre de escuelas, aumentos a las colegiatur­as universita­rias, y posibles recortes a las pensiones y otros beneficios.
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|THE NEW YORK TIMES Algunos manifestan­tes iban vestidos de negro y con el rostro cubierto con pañuelos.
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|THE NEW YORK TIMES Se teme que las medidas de austeridad diezmen lo que resta de la clase media.
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|THE NEW YORK TIMES Policías lanzaron gas lacrimógen­o para dispersar a los manifestan­tes.

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