Río Yurumanguí, en paz tras 17 años
A más de 700 familias afectadas por la violencia en los primeros años de la década pasada en Colombia, les serán restituidas sus tierras en el Pacífico del Valle del Cauca
“A nosotros no nos van a devolver la tierra, porque nunca nos la quitaron, pero sí nos quitaron el tejido social” Alver Arroyo, maestro y líder comunitario
La génesis del horror en el río Yurumanguí, en Colombia, ocurrió en la masacre del Naya (río que se encuentra al sur y marca la frontera entre el Valle del Cauca y Nariño). Allí, entre el 10 y 11 de abril de 2001, en plena Semana Santa, paramilitares del bloque Calima, al mando de José Hebert Veloza, alias HH, asesinaron a cerca de 50 personas, según un relato del diario El Tiempo. Entre el 13 y el 16 de abril, los paramilitares se enfrentaron a guerrilleros del frente 29 de las FARC, y sólo hasta el 26 de abril se asomó la Fuerza Pública en la zona.
Veinte días después de la masacre del Naya empezaron las capturas de la Armada a los paramilitares. Desde Puerto Merizalde, que es la puerta de entrada al río Naya en el Pacífico, los paramilitares buscaron huir. En ese momento, según relatos a Justicia y Paz de Juan Mauricio Aristizábal, alias el Fino (ex jefe de finanzas del bloque Calima), un coronel de la Armada de apellido Moreno les dio la idea de crear una barbarie a nombre de las FARC para desviar la atención sobre lo ocurrido en el Naya y que los paramilitares pudieran emprender huida. La orden de capturarlos venía desde Presidencia. Fue en ese momento que los paramilitares llegaron a El Firme.
Los sobrevivientes se desplazaron hacia Buenaventura y a algunas veredas cercanas. Una de esas se llama Veneral del Carmen. Al pueblo se llega luego de pasar por lo que otrora fue El Firme, y con 30 minutos más de recorrido por el Yurumanguí. Allí llegó Publimetro, en compañía de la Unidad de Restitución de Tierras. En medio de alabanzas cantadas por los jóvenes de Veneral, sus habitantes recibieron una de las más gratas noticias que les han dicho en años: un juez ordenó la restitución de tierras al consejo comunitario de este río.
Para los habitantes de las veredas del río Yurumanguí empieza a asomarse la presencia del Estado. Ahora la labor es vencer el miedo. Con
esta sentencia, 2 mil 869 personas que viven en la ribera del río podrán beneficiarse de inversiones para proyectos productivos. Ya pasó la horrible noche y se asoma un nuevo amanecer para esta comunidad de pescadores.