VANESSA RUBIO
SENADORA DE LA REPÚBLICA POR EL PRI
Todo el mundo espera el próximo 1 de diciembre para el cambio de gobierno. Es correcto: en esa fecha habrá relevo del Poder Ejecutivo en nuestro país, pero ya hubo una transformación de la que no se ha hablado lo suficiente. En el Poder Legislativo, el cambio ocurrió el pasado 1 de septiembre con el inicio de la 64 Legislatura del Congreso de la Unión, compuesto por las cámaras de Diputados y de Senadores. Esta última quedó integrada por Morena 46.01%, PAN 18.7%, PRI 10.9%, MC 5.5%, PT 4.7%, PRD 4.7%, PVEM 3.9%, PES 3.9% y 0.8% sin partido.
¿Y qué papel nos corresponde como senadores de oposición en este contexto? Desde luego trabajar y mucho, y tener agenda de temas por México. En mi caso, estos temas serán los del empoderamiento económico y financiero de las mujeres; atajar la violencia en las redes sociales y fortalecer la presencia y voz de México en el mundo a través de su gente, valores, cultura y economía, entre otros.
También nos tocará discutir y avalar nombramientos relevantes de la administración pública como comisionados y consejeros de los Organismos Constitucionales Autónomos, embajadores y cónsules generales. Tan sólo en el primer periodo de sesiones que va de septiembre a diciembre de 2018, analizaremos 60 nombramientos, entre los que destacan: el o la Fiscal General y Fiscal Anticorrupción, un Ministro o Ministra de la Suprema Corte de Justicia, un o una integrante de la Junta de Gobierno del Banco de México y un o una integrante de la Junta de Gobierno del Inegi. Habremos de revisar y aprobar, en este periodo, la Ley de Ingresos de la Federación y la Ley de la Fiscalía General de la República, así como, en su caso, ratificar el
Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Todos estos son temas de alta relevancia, donde habremos de priorizar el bien común y las buenas leyes y políticas para que a México le vaya bien. Ser oposición no es decir “no” a todo.