50 AÑOS DE TLATELOLCO DE LAS AULAS AL ACTIVISMO 2.0
Se cumple medio siglo de la movilización estudiantil que terminó con la matanza en la Plaza de las Tres Culturas. A 50 años de este negro capítulo, el gobierno de la CDMX retiró las placas colocadas en el Metro donde se destaca al ex presidente Gustavo Dí
La juventud de 1968 –que vivió o se desarrolló durante la represión estudiantil– “era más feliz” y con mayores oportunidades que en la actualidad, con tasas de crecimiento económico cuatro veces más altas, empleos formales y aumentos salariales superiores a 15% anual que permitían un nivel digno de bienestar.
Aunque la corrupción en el gobierno, el control político y las desigualdades entre quienes vivían en las ciudades y campo, así como los que llegaban a la universidad y trabajaban en la industria o vivían del campo mermaron tales beneficios, explicaron especialistas consultados por Publimetro.
Raymundo Tenorio Aguilar, director de la carrera de Economía del Tecnológico de Monterrey, explicó que la economía de 1968 estuvo definida por los avances generados por el llamado desarrollo estabilizador, un periodo donde –a diferencia de las tasas actuales de crecimiento de 2% anual– el Producto Interno Bruto (PIB) llegaba a 9% o 10% anual.
En una entrevista, con motivo de los 50 años de la represión estudiantil del 2 de octubre de 1968, el especialista indicó que, en ese momento, la generación de empleos era muy estable y con oportunidades reales, a tal grado que 70% de las personas que buscaban una oportunidad encontraban un puesto formal afiliado al Seguro Social.
Mientras que los salarios permitían que el hombre o jefe de familia fuera el único proveedor y ello fue posible porque había sueldos que no estaban sujetos a la inflación o alza de precios y aumentaban a la par de la estabilidad
y el crecimiento económico del país.
“Estamos hablando que el movimiento estudiantil del 68 se dio durante el pleno impacto del desarrollo estabilizador. El presidente en turno, Gustavo Díaz Ordaz, heredó una economía muy estable en términos de inflación, del poder adquisitivo, salarios y generación de empleos permanentes”.
“Aunque hay que decirlo, también administró un país con escaso desarrollo regional, donde la economía nacional tendía a centralizarse
en la Ciudad de México. Además de que había desigualdades importantes entre quienes vivían en las ciudades y el campo o tenían acceso a la educación, lo cual limitaba el nivel de bienestar”.
“Además de que México era una economía cerrada, sin tratados de libre comercio y con un sistema de sustitución de importaciones y consumo de productos nacionales, lo que dio origen al mercado de la fayuca o compraventa ilegal de ropa, zapatos, electrónicos y productos extranjeros”, explicó Tenorio Aguilar.