QUEDAN A DEBER
América y Cruz Azul dejaron mucho que desear en el primer capítulo de la final, en la que Agustín Marchesín fue el héroe al impedir la anotación de una Máquina que tuvo jugadas más claras, pero le faltó puntería.
América y Cruz Azul escribieron los primeros 90 minutos de la gran final del torneo Apertura 2018 de la Liga MX. Donde ninguno de los dos se hizo daño y todo se definirá el próximo domingo 16 de diciembre en el choque de vuelta.
No fue un partido más. El ambiente en el Estadio Azteca fue digno de una final. Ana Bárbara fue la encargada de entonar el Himno Nacional, enseguida juegos artificiales de color verde, blanco y rojo se hicieron presentes. Los jugadores estrecharon su mano con el rival y Fernando Guerrero dio el silbatazo inicial.
Corría el minuto seis y la polémica arbitral se desató, Igor Lichnovsky le cometió una falta a Bruno Valdez dentro del área, la cual el silbante no consideró como penal. El duelo retomó su rumbo, y al 9’ Julio César Cata Domínguez se quedó cerca de abrir el marcador para los celestes tras un remate con la cabeza que heroicamente rescató Agustín Marchesín.
Al minuto 18 Milton Cargalio se salvó de la tarjeta roja luego de un pisotón sobre Valdez. La Máquina demostró una vez más por qué es la mejor defensiva del torneo. Las Águilas por momentos arriesgaron más, pero una y otra vez, el esférico fue rechazado por la defensa celeste.
El balón iba y venía, pero siempre se estancaba en el medio campo. El equipo dirigido por Miguel Herrera se fue al descanso con un 51% de posesión de balón; el otro 49% le correspondió a Cruz Azul. Aunque en la cancha lo que se percibió fue falta de espectáculo.
En la parte complementaria la intensidad se mantuvo. Los locales salieron con todo al ataque, presionaron e insistieron. Al minuto 48, Mateus Uribe se quedó cerca de anotar el primero para los suyos, tras una buena jugada por la banda derecha que el colombiano remató, pero el esférico se quedó con Jesús Corona. Instantes después, el jugador cafetero tuvo que salir del campo tras una lesión en su rodilla; su lugar lo tomó Oribe Peralta, quien ingresó al terreno de juego entre ovaciones de los miles de aficionados.
Al minuto 52’, la polémica se hizo de nueva cuenta presente, luego de una fuerte patada que le dio Bruno Valdez a Iván Marcone, que lo llevó a caer en el campo y recibir atención médica. La gente exigió la tarjeta de expulsión, pero Fernando Guerrero no la concedió. La tensión siguió, pero también la falta de claridad.
Por momentos, el juego se apagó. La monotonía inundó el Estadio Azteca. Ambos equipos tenían oportunidades suficientes para los goles, sin embargo les faltó, pues ninguno de ellos concretó por una evidente falta de puntería. Al minuto 94, Edgar Méndez reventó el travesaño de Marchesín, tras una buena jugada de Martín Cauteruccio, perdonando garrafalmente en la mejor jugada del partido, mismo que estuvo como una olla de presión, aunque con poca exhibición de buen futbol, por lo que ninguno llegará con ventaja para el duelo de vuelta, el cual se llevará a cabo en el mismo recinto, pero ahora Cruz Azul fungirá como local. La Máquina y Águilas definirán al campeón en 90 minutos más.