COMBATIR LA EXTORSIÓN
Recibí muchos comentarios acerca de mi colaboración anterior, los cuales aprecio y agradezco. La mayoría me pide medidas concretas sobre cómo no caer en el delito de la extorsión y a quién reportar en caso de ser víctima.
Primero, repito la regla de oro para prevenir: no respondamos llamadas de números desconocidos (si es alguien del trabajo, algún familiar, siempre tendrá otras opciones de encontrarnos y seguro lo hará), si lo hacemos, no engancharnos y colgar de inmediato. En promedio, los extorsionadores telefónicos tardan entre tres y ocho segundos en captar nuestra atención, por lo que no tienen ningún sentido tratar de bromear o seguir la conversación; éste es su trabajo y se preparan para ello. Y finalmente, denunciar por todos los medios posibles.
Existen diferentes números oficiales para reportar intentos de extorsión y cuando se comparte el hecho en redes sociales –por lo general– responden con rapidez. Sin embargo, es importante compartir el número con nuestro círculo cercano: familia, amigos, colaboradores y colegas de trabajo o de la escuela.
Uno de los problemas que enfrentamos los usuarios de telefonía celular es que la falta de denuncia, cuando perdemos nuestro aparato o nos lo roban, hace más sencillo el trabajo de los extorsionadores. Lo mismo si no tomamos la previsión de cancelar el IMEI (número de identificación del celular) al mismo tiempo que cancelamos el número o cambiamos de línea. Son dos pasos que no debemos olvidar para tratar de complicarles el delito.
Sé que el IMEI puede ser alterado, pero es porque durante varios años se importaron a México miles de teléfonos celulares con un solo IMEI, antes de que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) hiciera las modificaciones legales correspondientes para que eso se detuviera.