PEGA DE NUEVO GRANIZADA A TAPATÍOS
Vecinos de El Salto, Juanacatlán y Tonalá advierten que incrementarán sus acciones y aumentarán las protestas, por la intención de Caabsa Eagle de extender el vertedero 30 hectáreas
A pesar que desde hace 11 años mantienen una lucha para que se cierre el basurero de Los Laureles, en los límites de El Salto y Tonalá, es hora que no han obtenido respuesta. Son más de cinco mil vecinos que se dicen afectados en su salud no sólo por los olores fétidos, sino también porque no se hace una adecuada disposición de la basura que muchos de los lixiviados terminan descargando incluso a las aguas del Río Santiago.
Construido en 1999, el basurero debió cerrar en el año 2008, pero la empresa Caabsa Eagle ha logrado ampliar ese periodo de operación favorecido por las autoridades estatales y municipales. Incluso ahora hay un letrero que señala que su vida útil concluirá hasta el año 2030.
Vecinos de los municipios de El Salto, Tonalá y Juanacatlán están en pie de lucha para evitar que se permita la expansión del vertedero de Los Laureles y que pase de 76 a 106 hectáreas. Acusan que la empresa Caabsa no ha demostrado, históricamente, hacer un buen manejo de los desechos sólidos, pero aún así se les sigue dando tolerancia.
“Esta manifestación viene de 11 años atrás, la empresa Caabsa ha causado mucha muerte, pobreza y enfermedad en los municipios de El Salto, Juanacatlán y Tonalá (…) esa empresa que maneja la basura que recibimos, son tres mil 500 toneladas de basura diaria. No es posible que una empresa que tiene malas prácticas, que no cumple con la normatividad, esté pidiendo en este momento crecer, nosotros pedimos cierre de la basurera y la muy sinvergüenza de la empresa, hostil, insensible, se enriquece con las toneladas de basura que no trata y que no maneja”, señaló Graciela González
Los vecinos han advertido que en caso de que sus demandas no sean atendidas, y se permita la ampliación del basurero, impedirán el acceso a los vehículos. En 2008 vecinos ya realizaron un bloqueo del vertedero, pero entonces las autoridades estatales mandaron a un grupo de antimotines que confrontó a los vecinos, además que también hubo grescas con pepenadores porque no los dejaban en
trar a laborar.
Los vecinos acusan que además de no realizar una adecuada disposición de los residuos (carente de separación), estos permanecen a cielo abierto, además que los jugos de los desperdicios se han derramado hacia las aguas del Río Santiago.
Los vecinos denunciaron que a pesar de los riesgos medioambientales provocados por este vertedero, el problema radica también en que las autoridades municipales siguen autorizando la construcción
de fraccionamientos a menos de 200 metros del vertedero. Serían más de cinco mil afectados a causa de esta contaminación.