EN LA CDMX, LAS MUJERES ESTAMOS CADA VEZ MÁS INSEGURAS
“Esto no es una manifestación, es una provocación”, así se refirió Claudia Sheinbaum a la enérgica protesta de un grupo de mujeres feministas por la falta de soluciones en el caso de la menor que presuntamente fue violada por cuatro elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital. Si bien la investigación está en curso y deben deslindarse responsabilidades con base únicamente en las evidencias, es indiscutible que la reacción del gobierno capitalino fue insensible e intolerante.
En un país azotado por una ola de feminicidios en donde asesinan a 10 mujeres al día, las mujeres tienen razones para estar enojadas y exigir, con diamantina rosa en las manos, que los encargados de la seguridad ciudadana despierten de su letargo y hagan su trabajo. Nunca se justificará la violencia ni los destrozos en oficinas públicas, pero lo sucedido es muestra de que la desaparición de la policía antimotines en la capital fue una pésima decisión porque cuando los ánimos se calientan en una manifestación, son los elementos de seguridad quienes protegen tanto a los manifestantes como a los servidores públicos, incluso las instalaciones gubernamentales. Eso sí, deben tener protocolos de actuación y respetarlos.
En los gobiernos de Morena, la ineptitud ha sido una constante y en este caso no fue la excepción.